El regalo de Dios, es la Vida Eterna. Existe solo una alternativa. Por medio de las obras usted está condenado a la muerte eterna, pero "la dádiva (el regalo) de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. (Rom. 6:23)
Jesús murió en la Cruz en su lugar. El cargó las culpas de su pecado para que su muerte aplacara el juicio de Dios contra ese pecado.
Su pecado es juzgado en la muerte de Jesús en la cruz, como nuestro sustituto. Por sus obras delante de Dios usted sólo puede ganar la muerte, pero por la gracia de Dios Ud. puede recibir la vida eterna.
Dios ofrece vida eterna y el perdón de sus pecados por medio de Jesucristo como su regalo.
RECIBA A CRISTO COMO SU SALVADOR Y SEÑOR
Romanos 10: 9-10, 13 "Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo"
Las palabras confesar, creer e invocar, resumen lo que alguien debe hacer para recibir el regalo gratuito de Dios y ser salvo.
Señor puede entenderse como líder o autoridad soberana. Cuando confesamos a Jesucristo como Señor, estamos diciendo acerca de lo que él dice de sí mismo. Reconocemos su autoridad sobre nosotros.
Al reconocer a Jesús como Señor, admitimos nuestro pecado y la incapacidad de cumplir con las normas de Dios que demandan una obediencia perfecta y justa. Confesar a Jesús como Señor también significa arrepentirnos de nuestros pecados.
Al aceptar su autoridad sobre nosotros, dejamos de vivir la vida según nuestros términos para obedecerlo y servirlo. Este cambio que damos al dejar de pecar para seguir a Jesús se llama arrepentimiento. Es un nuevo camino tomado de la mano de Jesús. Más que una lamentación, es cambiar la dirección de nuestra vida para orientarnos hacia el Dios viviente en lugar de hacia nosotros mismos y nuestros intereses.
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¡Hasta la próxima semana! ¡Dios te bendiga abundantemente! José A. Salvatori
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