Fue un 20 de octubre de 1976, cuando once jugadores de Argentinos Juniors ingresaron a su cancha, para enfrentar a Talleres de Córdoba por la octava fecha del Nacional, sin darse cuenta de que un rato después entrarían en la historia. Argentinos perdía 1 a 0 y todos miraron a un chiquilín de pelo largo y enrulado. Juan Montes, el entrenado, le preguntó: ¿Nene, te animás?. Si. Sonrió el nene.
El Chiquilín se puso de pie, se alzó los pantaloncitos, porque le quedaban demasiado largos y fue rumbo al campo de juego. El chiquilín tenía 15 años. Era Diego Armando Maradona. Era el jugador más joven en la historia del fútbol argentino, que ya en su debut en primera se animó a hacerle un caño al jugador Cabrera.
El 9 de noviembre de 1980, durante la semana previa al cotejo, Argentinos ante Boca, Hugo Gatti con su característico humor y picardía, había deslizado muy suelto de cuerpo que Maradona era un "Gordito" al que le iba costar meterle un gol. Tocado en su amor propio por la chicana del "Loco", Diego fue a la cancha de Vélez con todas las luces prendidas. Y la rompió jugando un encuentro espectacular. La venganza fue decididamente terrible: le metió cuatro goles (uno de penal y otro de tiro libre), como para que Gatti decidiera llamarse a silencio por un buen tiempo. Pocos meses después Maradona desembarcaba en Boca para salir Campeón.
Una tarde al término de un entrenamiento y en la intimidad del vestuario, el "Ratón" Leonardi, aquel ex defensor que lograra cierta notoriedad en Ferro C. Oeste, les dijo como técnico de Villa Dálmine a sus jugadores, mañana vamos a entrenarnos con Argentino Juniors, con su plantel de primera, incluido el Gran Diego. Los muchachos se sorprendieron ante el anuncio y no faltó quienes pensaran que era una broma ideal para hacerla un 28 de diciembre.
El día siguiente llegó y sin anuncio previo para todos los medios periodísticos de la zona, casi en el mayor de los silencios, arribó la delegación de los "Bichos Colorados de la Paternal". Con ese plantel de: Alles, Carlos Vidal, Espíndola y Pedro Pasculli, apareció el Gran Diego y la cancha de Avenida Mitre y Puccini, se engalanó de fútbol como nunca.
Ni que decir de la alegría de todos los que intervinieron en esta práctica, en la cual la pelota se lucía en los pies del "10".
En aquel tiempo Dálmine tenía entro otros jugadores, a: Cisneros, Pintos, Montani, Schaer, Crespín, Contte, Sassone, Gallardo, H. Fernández, Aguila, Letanú, Portillo y Gutiérrez.
No fue este un año feliz para Dálmine, ya que al final de su actuación en la 1ª "B" descendió de categoría ante El Porvenir, en cancha de Atlanta por medio de los dramáticos penales.
Y el "Ratón" Leonardi, duró muy poco tiempo como técnico. Dirigió tan solo seis encuentros en el inicio de aquella temporada, pero quedó en el recuerdo por esa visita de Diego, que luego se incorporaría a Boca.
El Padre Luis Farinello, señaló: "Si Dios jugara al fútbol, jugaría como Maradona. No se puede tener tanta sensibilidad como la que tiene Diego con la izquierda. Yo le escribí una poesía, que decía: Que Dios se había hecho brisa y había visitado el mundo en forma de brisa. Entonces entró a Villa Fiorito, estuvo dando vueltas y vio una pequeña casita de chapas, Dieguito todo desnudito, tapadito con una sábana. La pierna izquierda estaba fuera de ella y Dios con su brisa tocó esa pierna izquierda de Diego".
Este futbolista, que llegaría a ser un ídolo indiscutido como deportista, al menos por un amistoso entrenamiento jugó en Campana y quedó en el inicio de aquella pretemporada, en un hecho realmente destacado en la vida deportiva de nuestra gran ciudad.
Imagen ilustrativa. Foto: Google images.
