Gana las elecciones en Francia la línea moderada, sacándonos del paso el fantasma de la ultraderecha. Se empiezan a escuchar diálogos de conciliación en los bares y en las calles. Los amigos empiezan a abrazarse y las diferencias políticas, aunque subsistan, no alcanzan en nivel de hostilidad de hace unos meses.
El dos por uno fue tan surrealista que tocó la plataforma continental bajo el océano. Ahora empezamos a volver a la superficie, no se puede caer más bajo. Lejos de la retórica de la New Age californiana, de querer ver siempre lo bello y rutilante, prefiero a Lao Tse y su taoísmo práctico, las etapas se suceden en ciclos. Es Pascua, tiempo de reconciliación.
Fabiana Daversa. Foto: Alejandra Lopez