Con motivo del Día del Psicólogo, dialogamos con la licenciada Silvia Cabrera, presidente del Tribunal de Disciplina del Distrito V. El caso del alumno zarateño que le sacó una foto a las partes íntimas de una compañera en clase.
Cada época tiene sus características y problemáticas significativas. Soslayando las adicciones varias, y no solamente a una sustancia, parece ser que los límites o más bien lo cada vez más borroso de ellos es lo que caracteriza actualmente la problemática que con más frecuencia se ve en los consultorios psicológicos de Zárate y Campana.
"Fundamentalmente –explica la Lic. Silvia Cabrera- yo visualizo una crisis de lo vincular. Vincular desde todo punto de vista: vincular laboral, vincular familiar... y aparecen actitudes de violencia física, violencia emocional, y todo lo que es bulling escolar. Es como que los adultos no pudimos o no supimos brindar modelos suficientes para que los adolescente puedan actuar de una manera diferente".
Según explica la presidente del Tribunal de Disciplina del Distrito V del Colegio de Psicólogos (institución que nuclea a los profesionales de Campana, Zárate, Baradero y San Pedro) la falta de referentes para los chicos implica que "todo da todo igual" y eso a la larga genera el conflicto: "Hay mucha transgresión. Si tenemos una normativa para formar parte de un lugar, llámese escuela, llámese club, o el ámbito en el que nos movamos y después no las cumplimos ni sostenemos, es lo que nos hace después pegar la patinada".
LA FOTO
Reflexionando sobre estos temas (y tal vez en alusión a la figura de "patinada"), Cabrera recuerda el episodio que tuvo lugar la semana pasada en una escuela secundaria de Zárate que se viralizó en las redes, fue cubierto por los medios e incluso llego al Ministerio de Educación de la Provincia. En resumidas cuentas, un alumno le sacó una foto con su celular a una compañera, poniéndole la cámara debajo de su falda sin que ella se diera cuenta.
"Si se quiere –explica la psicóloga- fue una travesura adolescente que pasó a mayores. Pero si uno se pone a hacer una lectura más profunda, entiendo que esa travesura es el emergente de un montón transgresiones que están pasando y fueron naturalizadas. Esa foto fue el resultado de algo. Lo que se observa es que en cada contexto hay cosas que deben respetarse y no se respetan. Después, aquel que viene a manifestar su reclamo se transforma en el malo de la película. Para que eso no ocurra, mejor no decimos nada y lo dejamos pasar".
Siguiendo esta línea de razonamiento, podría decirse que estamos en un momento en cual todos saben cuál es el límite, pero muy pocos lo respetan, y entonces ese límite se hace cada vez más difuso y caen los acuerdos de convivencia, en diferentes ámbitos: el laboral, el familiar, el escolar. "Nuestro rol como psicólogos es estar ahí, donde justamente hay una falta de orientación y un pedido de ayuda. Poder darle al paciente, a modo de espejo, ese recurso para que cada uno pueda encontrarse a sí mismo y encontrar los referentes necesarios para poder acomodarse y manejar esa situación con la que hasta ese momento no podía", concluye Cabrera.