Antes que en hablar, una persona prudente se enfoca en escuchar.
Resulta imteresante ponerse en los zapatos del otro sin olvidar los de uno para saber que se siente.
Lo valioso no es que lo dicho por uno sea escuchado. Lo que interesa es que las personascercanas se sientan escuchados por uno.
Si recordamos esos momentos gratos en que uno se ponía a escuchar al otro, una inmensasatisfacción nos invadía, cuando esas personas te han dicho que se han sentido bien hablandocon uno.
Esas ocasiones, en las que mas que escuchar únicamente con la mente, se pudo estarpresente para esa persona, con lo mejor de uno mismo. Han quedado de lado los juicios,olvidando por un instante lo que se pensaba acerca de lo que esta persona debería o no debería hacer, y realmente uno estuvo escuchando con los ojos, con los oídos, y por sobretodo con el corazón.
¡Que bueno es pensar en aquellos instantes en los que se busca entender antes de esperar que a uno lo entiendan!. Cuando se escuchan no solo las palabras, sino también los silencios.
Cuando nos comunicamos como si fuera la última vez en la vida que se tiene la oportunidad de conectarse con ese ser humano; por que de alguna manera ese instante nunca volverá de nuevo.
¡Que importante también cuando se oye no con la actitud del quien todo lo sabe, sino como unniño que todo lo quiere saber!.
Quien no escucha, piensa en que va a responder y lo hace aun antes de que el otro termine la frase.
Quien no escucha, piensa en contestar para defender su opinión en vez de abrirse aenriquecerse con el punto de vista del otro.
Quien no escucha, asume una actitud defensiva.
Quien no escucha, cree que sabe más que el otro.
Quien no escucha, habla solo de lo que le interesa, y no se abre a participar en lo que para el otro es importante.
Observemos como escuchamos lo que las personas te quieren comunicar; además lo que se podría estar haciendo que nos aleja de que los otros nos perciban como alguien quien deverdad escucha. Preguntemos a cada uno de nuestros cercanos, si creen que son escuchadospor nosotros.
Valoremos nuestro Poder de escuchar...
Aprendamos a valorar nuestras pequeñas experiencias en la vida cotidiana. Aprendamos a maravillarnos cada día, contemplando el bello paisaje que nos brinda la vida.
