En una extensa nota aparecida en el Diario El Sol de Quilmes, Miguel Matko cuenta sus experiencias personales, que tienen como común denominador para este quilmeño, los últimos 35 años de su vida, transcurridos precisamente en nuestra ciudad, adonde llegó en 1969, para jugar en el Villa Dálmine de aquellos tiempos, luego de haberlo hecho en Quilmes A.C. y Argentino y al respecto cuenta: ¨Yo trabajaba en la cervecería y en el ´69 llegué para jugar en Dálmine y al año siguiente, renuncié a ese trabajo, cuando entré a Dálmine. Siempre tengo un buen recuerdo de gente de Quilmes, sobre todo Nicolás Meiszner, que me bancó casi ocho meses, porque en ese tiempo como jugaba en Dálmine, viajaba todos los días en tren de Quilmes a Campana y también quiero destacar a Carlos Mizzau, hoy utiliero en el Cervecero¨.
Instalado definitivamente en nuestra ciudad, donde formó su familia, compuesta por su esposa Aída y sus hijas Eliana y Gabriela y su porvenir, Miguel entiende que su ingreso a Dálmine no es más que una continuidad de un episodio que está en la historia de la metalúrgica campanense. ¨Siderca, la empresa del Grupo Techint de los Rocca que acaba de cumplir medio siglo el año pasado, festejándose con la llegada del presidente Néstor Kirchner y de altas autoridades, entre ellos el quilmeño Aníbal Fernández, Ministro del Interior. Digo que soy un continuador de otros quilmeños en la fábrica de Campana, porque hay un episodio en 1962 que merece ser recordado. En esos años Dálmine compró una acería muy chica en Bernal, la Fundición de Pedro Citatti, ubicada en Dardo Rocha y Cerrito,, que contaba con un tren laminador y dos hornos Siemens Martín a fuel oil, que fundía 18 toneladas cada siete horas¨.
Precisamente, recuerda Matko: ¨Con gran parte del personal de aquella fábrica quilmeña, se puso en marcha la acería de Campana, llegando 60 personas de Bernal para ponerla en marcha y entre ellos lo hicieron: Félix Arredondo, Alberto Arrighetti, Roberto Aspa, Juan Carlos Ballini, Salvador Barreiro, Ramón Benítez, Rubén Cassolli, Alberto De Marchi, Juan Carlos Diz, Dino Scarpatti, Federico Feus, Franco Filippini, Francisco Giannone, Santiago Giordano, Domingo Maggio, Alfredo Marchiori, José Martínez, Oscar Ordinas, Oscar Perfetti, Héctor, Pedro y Santiago Rodella, Emilio Rodríguez y Arturo y Carlos Sodanelli, entre otros. Días pasados me encontré con Alberto Arrighetti, el único sobreviviente de aquel grupo, quién me contó la historia de aquel viaje de Bernal a Campana¨.
Hoy con 35 años en TenarisSiderca y a un paso de jubilarse, no olvida sus raíces quilmeñas y destaca: ¨Hablar de Siderca o de Campana es referirse a Rocca y como dijo Aníbal Fernández, ojalá tuviéramos diez gringos como él dispuestos a invertir en el país, porque la Fundación Rocca es todo en Campana, con 4.000 personas trabajando en Siderca y en el resto del mundo totalizan 17.000¨ y entusiasmado al hablar de la ciudad, destaca que junto a la empresa la población se triplicó y aprovecha para reconocer la gestión del Intendente Jorge Varela: ¨Un kirchnerista que le cambió la cara al distrito, porque cuando llegó en el ´95 estaba quebrado y con varios juicios y él le dio otra fisonomía, con una labor espectacular y en diez años se construyeron miles de viviendas, se modernizó la ciudad y se ganó la confianza de los Rocca¨.
Con relación al fútbol, por quién llegó a nuestra ciudad, ha seguido permanentemente ligado a ese deporte luego de su alejamiento de la práctica activa, llegando incluso a convertirse en uno de los presidentes del Club Villa Dálmine.
