Días convulsionados. Muchas protestas, incomodidad, inseguridad. Realmente un clima de incertidumbre y de repente, me hicieron llegar estas palabras. No tuve dudas. Supe que a la vida nueva no la cambio por nada; que no tengo mejor texto para compartir:
"7AM - Mami se despertó con una contracción. Nada nuevo, ya había pasado un millón de veces. No le presté mucha atención y traté de seguir durmiendo.
7:45AM - Mami miró el reloj, seguía sin poder dormirse. Habían pasado ya 5 o 6 contracciones que se lo impedían. Desperté a papá para pedirle un remedio para que se calmaran las contracciones...
8:15AM - Todo seguía igual. Me levanté y prendí la compu. Me puse a mirar lugares para ir de vacaciones y darle más tiempo al remedio. Mucho no dolía, "no puede ser el parto si lo aguanto tan bien" pensé.
8:30AM - Mamá empezó a armar el bolso por las dudas. Papi caminaba por la casa.
9:25AM - Sin cambios, las contracciones no paraban pero no dolían. Papá dijo "¿no deberíamos llamar a la partera?" "Sí", le contesté mientras le avisábamos a tus abuelos que no íbamos a poder ir al cumple de tu primo y que tenían que ir a buscar a tu hermana a lo de la madrina, "pero es un papelón llamar sin haber controlado las contracciones, no tenemos idea cada cuanto son ni cuanto duran, nos van a retar, controlemos un par y después llamamos", le dije, sabiendo que no las habíamos controlado porque no era necesario, ya sabíamos que estabas en camino.
9:45AM - Ya habíamos anotado muchas en un papelito, cada 5 o 6 minutos, cuando mamá sintió un golpe en la panza. Ya sabía lo que era, ya lo había sentido una vez, hace 2 años. Salí corriendo al baño y le dijo a papá que la princesa había roto bolsa, había que salir, ahora todo iba a ser más rápido.
10AM - Papi había ido a buscar el auto y llamó a la partera; quedamos en vernos a las 11 en el sanatorio y al ratito salimos de casa. Ya en el viaje las contracciones habían empezado a doler más, "haceme acordar que no vuelvo a pasar por esto nunca mas", le dije a tu padre. "Bueno, serán dos entonces", dijo él. Las últimas dolían mucho, mami no podía hablar.
10:51AM - Era lo que decía el ticket del estacionamiento del sanatorio. Mamá entró caminando despacito, frenando en cada contracción, hasta que llegamos a una sala de espera y papá me dejó ahí mientras se iba a hacer el trámite de la internación. Los minutos parecían eternos; estaba sola en una sala de espera con gente desconocida que se hacían los que no miraban pero no paraban de mirar mis caras de dolor, y yo intentando no pasar demasiada vergüenza.
-¿Te falta mucho? No aguanto más acá sola-, fue el mensajito que le escribí a tu papi.
-Estoy terminando-, contestó. Y llegó una contracción que dolía demasiado, y la gente me miraba. A los minutos por suerte apareció tu papá, y en seguida la partera, que tocó la pancita donde vos vivías y me preguntó si podía caminar. -Quiero al anestesista-, dijo mamá, -y no, no puedo caminar- Una eternidad fue el tiempo que tardaron en conseguir la silla de ruedas. En el camino yo no hablaba, el dolor me dejaba muda.
Apenas me acuerdo todo lo que vino después, y por otra parte, no me lo voy a olvidar jamás. Me acostaron en una cama entre varias personas, yo no hablaba ni me movía, tenía los ojos cerrados, pero los abrí un segundo y vi a papá. Me sacaron mi ropa y me pusieron una bata, pero en ese momento vos empezaste a empujar para salir, y yo te ayudé, y empujé también.
-No pujes-, dijo la partera, -todavía falta y te vas a lastimar-.
La escuchamos que llamó al anestesista por teléfono. Qué importaba, vino la siguiente contracción y las dos empujamos, vos querías salir, y mamá te escuchó a vos. Varias personas me dijeron que parara; pero yo no podía, vos me decías otra cosa. Otra vez entre varios me cambiaron a una camilla y me llevaron corriendo por un pasillo. No recuerdo casi nada, sólo que había mucha luz. Tampoco me había dado cuenta que se habían llevado a tu papá. Me volvieron a cambiar de camilla, esta vez era la de partos. Yo empujaba cada vez que me lo pedías, que era todo el tiempo. La gente me decía que no, pero sólo me acuerdo de escuchar voces lejanas, no podía concentrarme en ninguna ni prestar atención. Empujé muuuuy fuerte, dolía demasiado, y sentí la vos de tu papá, que venía desde atrás y decía: -Ay dios mío, no lo puedo creer-, y ahí sentí un clac y seguí empujando.
-11:36hs- dijo una voz, y ahí entendí que era tu cabecita y que estabas saliendo, y en un segundo más, otro clac, tus hombritos, y empezaste a llorar en seguida. Levanté la cabeza y te vi, tan chiquitita... te estaban secando, y yo te quería tocar... y me quise levantar para agarrarte... y te acercaron a mi, princesa... Es imposible explicarte lo que se siente después....tanto amor....sos tan hermosa...
Hoy ya hace una semana que estás con nosotros, viéndote crecer, comiendo de mí, haciéndonos tan felices... No te das una idea de la felicidad inmensamente enorme que nos causás.
¡¡Bienvenida a esta familia, te estábamos esperando!!
¡¡¡Te amamos!!!"
