Nos venden un modelo de familia muy parecido a los Ingalls, acumular años no es sinónimo de afianzar el amor. Triunfa la costumbre y las sonrisas forzadas en las fotos de portadas. La cultura les dice que el éxito consiste en aparentar (hacer cualquiera y caretear), se permite la infidelidad pero somos una familia (conservadora) ejemplar, esta gente tiene doctorado en doble moral. Clase alta, clase media, y clase baja con la misma ideología, a veces privan las necesidades, otras veces reina la especulación, sexo sin amor, es mejor quedarse en la zona de confort. No se puede vivir del amor. Los mandatos familiares y la imagen pública "positiva" los preocupa más que el fracaso que viven y sostienen a diario.
En una sociedad donde es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio vemos personas ostentando de lo material, exhibiendo lo que entra por los ojos que es efímero y temporal, cada vez más superficiales, soberbios y pedantes. Vivimos con el aguijón de la competencia viendo la mugre en la vida ajena, el piojo resucitado se cree empresario, buena vestimenta y sucia la conciencia, espejos de madera. Frustrados artistas y deportistas queriendo acaparar, muy preocupados por la ropa y por el cuerpo, descuidan el espíritu y el intelecto.
Presumiendo de eminencias y de grandes intelectuales se la pasan, son uno más del montón superados por anónimos (humildes) de buen corazón. Cada vez más invierten en cotillón, máscaras y disfraces no agotan el stock, no funcionaron las sesiones de terapias, círculos viciosos crónicos, la hipocresía como forma de vida, pueblo chico, infierno grande.
Es lo que queda de las familias del mundo de hoy, ensamblando partes rotas no puede funcionar lo que nació con la mentira y la destrucción, Cuando la infancia se vive con dolor, a nuestros hijos les debemos una explicación. Los padrinos no se eligen para dar presentes, se los elige para estar presentes en la vida de los niños. Un niño recordara quien estuvo con él, no quien gasto más, los niños olvidan los juguetes y la ropa pero no el tiempo y el amor.
Aferrados al azar y a la superstición buscan la solución, ignorancia y tradición, la inteligencia te conduce a la tristeza, si se piensa poco se confronta menos. No es "consuelo de tontos" empatizar con aquellos que la pasan peor y tienen que enfrentar situaciones más adversas, nos cuesta ser agradecidos. Optimismo y realismo, el buen humor es necesario y es una virtud en estos tiempos. La auténtica libertad en democracia puede ser decir la verdad en forma visceral, pero se pierde el coraje y optamos por quedar bien con Dios y el diablo.
Evitamos el debate, renunciamos a nuestros ideales, preferimos el auto engaño, nos doblega el sistema y nos volvemos cobardes. Los medios de comunicación y las redes sociales son influyentes y viralizan todo, se añora fama y consagración, cuando no tuviste nada los bienes y títulos te pueden cambiar, la memoria te comienza a fallar y nos olvidamos que la vida da muchas vueltas.
La mentira tiene fecha de vencimiento porque a todos no se puede engañar por todo el tiempo, lo valiente es mostrar el fracaso, no contamos las derrotas y acumulamos tierra en nuestras alfombras. Ojos que no ven, corazones que no sienten y andamos por la vida con los anteojeras como el caballo. Elegimos perdonar, el amor propio se desentiende con la dignidad y hay cosas que el dinero no puede comprar. Practican brujerías y te hacen trabajos, predominan mentes improductivas y macabras que no viven ni dejan vivir.
Se cosecha lo que se siembra, si hiciste el mal te va a volver, están destinados a perderlo todo, ojalá puedan tener un genuino arrepentimiento y un encuentro con Dios. Psicofármacos, herboristería y terapias alternativas nos ayudan a vivir. Psicología y psiquiatría, el mundo se vuelve cada vez más hostil. Consumismo y avaricia, viviendo con lo que el sistema nos deja. Izquierda y derecha son extremos, no parece existir un punto medio. Más cerca de la vasectomía que de ampliar la familia, los tiempos cambiaron, más tecnología y menos comunicación. Autosuficiencia y baja autoestima, químicos y homeopatía.
Vivimos con estrés y a mil por hora, con excesiva ansiedad y muy lejos de la felicidad. Insatisfacción y vacío, no todo lo que brilla es oro, abortos, vicios, suicidios. Por la abundancia de la maldad se enfría el amor, buscándole el sentido a la vida con idolatrías políticas, autoayuda, pseudociencia y religión.
Cada uno hace lo que puede, resiliencia, esperanza y fe necesitamos, de ser buenas personas nos olvidamos. Me ofende la solidaridad que se practica con el fin de publicitar proyectos y actividades personales lo cual es frívolo, ligado a la demagogia y a la vanidad. Cada familia es un mundo, a los amigos podemos elegirlos (la familia viene puesta), "la sangre Tira es relativo" (a veces los de afuera tienen más peso que los propios de la familia).
Recibimos la misma educación y cada hermana/o es diferente. Familia es quien te busca, quien se preocupa, lazo sanguíneo no significa familia. División, mezquindad y dureza de corazón, no nos cambia haber pasado por tragedias, tampoco nos conmueven los milagros, nos volvemos fríos y calculadores, cada cual en su mundo, parecemos extraños eligiendo la indiferencia definitiva.
El estudio te puede abrir la cabeza pero no el corazón, muchos no van a apostar nada por vos pero la vida se va a encargar de sorprenderlos.
El karma son ellos mismos aferrados a "las apariencias" y al ego personal, andan provistos de múltiples mascaras pretendiendo ocultar la hipocresía que todos conocemos, legitimando una sociedad de gente: avara, individualista, interesada y desleal. Sigo creyendo en la excepciones, no todos somos iguales.
Nahuel Sánchez-Bredle. Docente y coordinador de "Grupo Solidario Donaciones Campana 1"