Este artículo, escrito por el destacado psicoanalista frances Jean-Michel Vappereau, será una de las temáticas del próximo foro a dictarse en noviembre en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por Topología en Extensión (https://www.teebuenosaires.com.ar).
Jean-Michel Vappereau es uno de los máximos exponentes del psicoanálisis mundial.
Fue colaborador de Jeacques Lacan hasta sus últimas horas, eje fundamental para terminar de ligar las matemáticas al psicoanálisis a traves de la teoría topológica, tema que el mismo Vapperau ha seguido profundizando.
De la repetición entre el fonema y el lenguaje en tanto tal
0. Debemos partir de lo inconcebible del fonema y de la repetición. Del por qué de esa imposibilidad de concebir los datos elementales propios al lenguaje, constitutivos de la linguística y del psicoanálisis.
1. El lenguaje mismo parece representable pero es un señuelo. Su estructura se presta a ello pues ella impone la existencia necesaria de un comentario extrínseco, una suerte de repetición que se presenta como consciencia. El comentario permanente hace creer en la consciencia estable, el pensamiento, pero presenta una inercia instantánea y sorprendente. Así, inconcebible, ya que ella se trivializa retornando a lo intrínseco del lenguaje.
2. Esos datos son inconcebibles porque nos constituyen en tanto que sujetos y, por eso, no podemos representarlos.
Del fonema: elemento diferencial último, elemento mínimo, pasando por la repetición: atracción repulsiva tanto como repulsión atractiva, hasta la estructura del lenguaje mismo: comentario necesario e imposible.
3. El saber está siempre definido por un binario para funcionar, aunque sea en el juego más simple como el juego de Taquin .
El fonema es un par de oposiciones pero acá, en el lenguaje él es un elemento que no puede ser reducido a su aspecto de señal pues para devenir significante o legible él se opone al resto del lenguaje que es así rechazado y ausente pero que el sujeto debe dejar volver hacia él si quiere leer el efecto de significación incorporal producido por esta oposición.
4. A partir de acá, el sujeto asi constituido no puede sino quedar dependiente de esta dialéctica repulsiva y atractiva hasta concebir el deseo como retorno del displacer encontrado en el camino de su satisfacción que deviene goce en el retorno de lo reprimido en tanto que esta satisfacción misma.
Jean Michel Vappereau
Traducción: Paula Hochman
El juego de Taquin está compuesto de 15 pequeños cuadrados móviles numerados de 1 a 15 que se deslizan en un marco previsto para 16. Hay entonces una casilla vacía. El juego consiste en volver a poner en orden los 15 cuadrados a partir de una configuración inicial cualquiera. La oposición de un vacío opuesto a los plenos es necesaria, sin ese binario el movimiento está bloqueado.
