Un maestro oriental vio cómo un escorpión se estaba ahogando, y decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el escorpión lo picó. Por la reacción al dolor, el maestro lo soltó y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose. El maestro intentó sacarlo otra vez, y otra vez el escorpión lo picó. Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo: "Perdone maestro, ¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua el escorpión lo picará?".
El maestro respondió: "La naturaleza del escorpión es picar, el no va a cambiar su naturaleza, pero eso no va a cambiar la mía, que es ayudar y servir".
Y entonces ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida.
Necesitamos hacer una reflexión sobre esto; y es que cuando nos desilusionamos de la respuesta de los demás, nosotros no debemos cambiar nuestra naturaleza, si alguien te hace daño, no te transformes, sólo toma las precauciones para que no te dañe.
Dios ha comprendido que el hombre continuará pecando, continuará haciendo cosas desagradables a él, seguirá produciéndole picadas en el corazón de Dios. !No importa! Dios ha decidido seguir amándole, Dios ha de seguir extendiendo su gracia y propiciando un medio de salvación. !La sangre de Cristo, la cual nos limpia de todo pecado!
Jesús dijo: De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.
Mi relación con Dios no dependerá más de mis actitudes para ganar el cielo, no dependerá jamás de mi conducta o de la manera de mis comportamientos. !Soy pecador! !soy como el escorpión!, seguiré pecando; pero Dios en su amor, me seguirá amando, me seguirá perdonando, y seguirá cada día mostrando, la manera de sacarme del pozo cenagoso y del hueco de la perdición. (Isaías 38:17; Salmos 103:4)
El maestro oriental decía: "La naturaleza del escorpión es picar; pero eso no cambiará la mía, que es ayudarle y salvarle". Dios no cambiará Su naturaleza. El, es un Dios inmutable, el alfa y la omega, (Apocalipsis 1:8) el que es antes de todas las cosas (Colosenses 1:17). Su esencia es el amor, por lo que ama a sus criaturas, las cuales son hechas a su imagen y semejanza.
Dios quiere salvarnos de la perdición y/o condenación. (Juan 3:16)
¡Dios Mío!, quiero vivir todos mis días, creyendo por fe en la esencia de tu naturaleza compasiva, de amor, y de misericordia. En ello quiero anclar ahora mi vida. En tu compasión perpetua por mí, pecador. En la sangre del cordero, el cual quita el pecado del mundo. (Juan 1:29)
¡Gracias, Oh Dios, por tu naturalaza, porque siendo aun pecadores Cristo murió por nosotros! (Romanos 5:8)
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¡Que Dios te bendiga!…¡ Hasta la próxima semana, DIOS mediante!. Luís Rodas
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