En la playa este año, tuvimos una experiencia repetida, varias veces presenciamos la pérdida de un niño, y ver la desesperación de sus padres, los gritos desconsolados de una madre hasta quedar afónica, los aplausos de la gente, etc, y luego a lo lejos una niña que también buscaba a sus padres, y gracias a Dios, el abrazo, los besos interminables, el llanto contenido, y la alegría del reencuentro. También vimos chicos/jóvenes perdidos por la droga y/o el alcohol tirados en la arena, sin padres a la vista.
Cuánta tristeza trae la pérdida de un hijo, aunque sea solo pensar en la posibilidad que ocurra, lo natural es que los hijos pierdan a sus padres, y no a la inversa, trae dolor perder a los padres, pero es la ley de la vida y terminamos aceptándolo.
Muchas veces, no perdemos a los hijos de pequeños, pero sin darnos cuenta tal vez, con el ejemplo, la pérdida de valores, disciplina, formación, educación, que por acción o por omisión hacemos, debiéramos brindar a los hijos como padres, podemos perder a nuestros hijos más grandes (aunque no mueran todavía).
(Efesios 6:4) Padres no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
La Biblia enseña que los padres, deben criar a sus hijos enseñándoles y sin maltrato, transmitirles el ejemplo y los valores que los llevarán a tener un orden personal y emocional en sus vidas.
Las palabras mueven, y los ejemplos impulsan. Transferirles actitudes como el amor a Dios y al prójimo, al estudio y al trabajo, el respeto a las diferencias, la perseverancia, la paciencia, la discreción, los buenos modales, la amabilidad, la utilización de palabras como; "por favor, gracias, perdón", reconocimiento ante los logros, mantener y considerar a la familia como pilares morales que nos sostendrán y fortalecerán a nosotros y la sociedad. Todo esto puede ser muy positivo, pero se ve que en un porcentaje muy alto se ha abandonado.
La imprudencia de ignorar esos valores es hija de la ignorancia y pensar que no traerá consecuencias, lo es más, ¿no estamos olvidando los valores que nos transmitían nuestros padres? No estaremos cosechando, lo que no sembramos?; o sea "la nada", el desorden, la desidia, la anarquía, la anomia, la perdida de la cultura del trabajo, y/o el estudio, el exigir libertades y no respetar las de los demás, la viveza criolla, la impunidad, etc.
(Prov. 1:7) Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza, 8 Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no menosprecies la dirección de tu madre, 9 porque adorno de gracia serán a tu cabeza.
La forma en cómo tratamos y enseñamos a nuestros hijos, se volverá a favor o en contra nuestra, a través del tiempo. Así lo dice La Biblia (Gal. 6:7) todo lo que el hombre sembrare, eso también cosechará.
¿Por qué no tomamos conciencia y recapacitamos en nuestras conductas y actitudes? Si lo hacemos y somos de ejemplo, seguro nuestros hijos no se perderán, sino que serán de mucha alegría a nuestras vidas.
Busca una iglesia que enseñe La Palabra de DIOS. ¡Dios te bendiga!
¡Hasta la semana próxima!, si DIOS así lo quiere.
Luís Rodas
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