"Yo que nací con videla/ yo que nací sin poder/ yo que luché por la libertad/ y nunca la pude tener,/ yo que viví entre fachistas/ yo que morí en el altar/ yo que crecí con los que estaban bien/ pero a la noche estaba todo mal./ hoy pasó el tiempo,/ demoliendo hoteles…"
("Demoliendo hoteles" –fragmento- de Charly García)
Nunca está de más que inquietos y preocupados vecinos se movilicen en pro de la preservación patrimonial, del legado edilicio histórico-cultural que ha logrado preservarse, a pesar de la ausencia de políticas activas, partidas presupuestarias o personal calificado, y ese gesto ennoblece a cualquier comunidad –en la que uno se incluye, obviamente-, pero lo que –por ahora- gira en torno al edificio de lo que fuera el "Cine-Teatro Italia", desnuda aristas que ponen en duda tal tipificación para con una construcción que no ha sido –hasta donde se conoce- siquiera declarada patrimonio histórico municipal debido a que su utilización como sala teatral y/o cinematográfica no existe desde hace….¿20, 25, 30…?, ya que ese espacio ha sido explotado comercialmente desde que se instalara el boliche bailable "Yikowa" (por favor, a riesgo de incurrir en algún error de datación o de caracterización, espero sepan disculpar y me ayuden –indicándomelo- a enmendarlo), y boliches posteriores que han sobrevivido hasta la actualidad; por lo tanto, ¿dónde está el "Cine Teatro Italia"…?
Percibe este análisis que campea –inicialmente- en el reclamo, algo que lo excede: la posibilidad de que podría existir "una torre de departamentos de aproximadamente 14 pisos y dos subsuelos y que contará con una altura aproximada de 50 metros", cuya construcción sí afectaría normativas específicas de planeamiento urbano y medioambientales, o al menos así lo habrían manifestado dirigentes como Cantlon (https://www.enlacecritico.com -04/05/13), en declaraciones que han sido públicas, y que conllevan criterios políticos para abordar una cuestión de desarrollo urbano de magnitud y peso todavía, al menos, controversiales.
Y no es que pueda quitársele validez al reclamo o qué criterios políticos que pudieran sustentarlo lo descalifiquen, si no el hecho de intentar "empezar" por ahí, reclamando por la preservación de algo que ni siquiera posee rasgos identitarios desde el punto de vista histórico-edilicio, que hace generaciones ha quedado librado a la "lógica de mercado" en beneficio de quienes lo explotaran, sin aporte alguno al sostenimiento de pauta artístico-cultural alguna en el pueblo, ¿o acaso amerita ese lugar mayor o igual grado de consideración en la memoria pueblerina que la "Vieja Estación", la "Quinta Victoria" o el Instituto 15…?, ¿cuál o cuáles de esos lugares persiste, por presencia, por acción, intentando mantener algún rasgo de identidad cultural pueblerina…?, ¿el "Cine Teatro Italia"…?. Si la entidad propietaria del lugar ha decidido en, al menos, los últimos 40 años usufructuarlo, ¿por qué será que nadie "recordó" que eso –que fuera el (nuestro) "Cine Teatro Italia"-, es hoy el buen recuerdo de miles de "campaneros" que soñaron en sus butacas, como lo hicieran en el "Cine Belgrano", el "San Martín" o el "Campana", del que queda el nombre y 2 (dos) pequeñas salas…?
Humildemente consideran estas líneas que bien podrían nuclearse quienes abogan (abogamos) en defensa del patrimonio histórico local, bregando para que se recupere, ponga en valor y se funcionalice el edificio del Instituto 15, formador de estudiantes de la región, con 14 carreras que allí se dictan, y que debe seguir esperando a que "gestiones" de variopinto nivel resulten positivas para beneficio no sólo de su comunidad educativa, sino para la comunidad en general. Si bien es cierto que cuando lo privado colisiona con lo público, se producen reclamos en la medida que impactan en los patrimonios tangibles de la comunidad, ¿dónde colisiona lo público con lo privado en esta situación…?, si la intervención sobre lo que se actuaría necesitara corresponderse, ¿no debería accionarse legalmente en tanto y en cuanto tal emprendimiento edilicio colisionaría, ahí sí, con lo público al transgredir normativas del Código del Planeamiento Urbano…? Raro que esto lo desconozcan ciudadanos especializados en ejercicio del Derecho, y a no ser que lo dicho sea erróneo, explorar alternativas considerando que difícilmente la opción estatal pudiera o pudiese pasar por ¿expropiar?, o que la entidad propietaria adecue su proyecto diseñando, al menos, un espacio para la comunidad que funcione como sala teatral-cinematográfica, resultaría aún más difícil.
¿Significa esto que en el entramado de políticas oficiales –del ’83 para acá-, la preservación patrimonial ha sido prioritaria…? Probablemente no, pero habría que agregar cuántos –cualitativamente hablando- de los sectores político-partidarios le han puesto empeño a tal temática, sea reclamando, presentando proyectos, etc.; y aún más: ¿en qué medida ha persistido desde colectivos culturales militar por esas reivindicaciones…?
Porfía el presente en que debería considerarse prioritario preservar lo que aún resiste el paso del tiempo o la desidia: el viejo edificio de la Escuela Normal, hoy Instituto 15; la "Quinta Victoria"; la "Estación Vieja" (y la "nueva" también) y…¿qué otros lugares –públicos, estatales- quedan para preservar, antes que ¿"salvar"? al "Cine Teatro Italia"…? Por ahí, al ser algo estrictamente privado, se podría crear una tasa (alta), para que edificios que se considere posean valor histórico-patrimonial y se dificulte expropiarlos, tributen para aplicar esos fondos a la recuperación exclusiva de espacios que atesoran parte de la historia del pueblo.
Tal vez estas líneas no sean suficientes para tratar o intentar esgrimir algunos argumentos que puedan considerarse (o no), en temas caros a diversos actores sociales del pago chico. Pero lo que sí ha intentado responder es a "sabe usted cuál es el próximo patrimonio que vamos a perder"…¿Quién lo sabe…?