Lo declaró ayer al mediodía durante el debate donde está siendo juzgado junto a otros dos imputados por el homicidio de su mujer, ocurrido la noche del 16 de enero de 2008 en el barrio El Remanso de la localidad bonaerense de Exaltación de la Cruz.
José Arce, sometido a juicio como presunto instigador del crimen de su esposa, Rosana Galliano, cometido en 2008 en su casa del partido bonarense de Exaltación de la Cruz, declaró ayer que cree que la víctima reconoció a su asesino por lo que no gritó cuando hablaba con él por teléfono.
El viudo declaró durante el mediodía por primera vez en el debate, al igual que otros dos imputados, y los tres reiteraron ser inocentes ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 del Departamento Judicial Zárate-Campana.
Arce (64) se presentó en la sala de audiencias vestido con un traje marrón, camisa y corbata, y con cierta dificultad para caminar producto de las secuelas que le dejó el ACV que sufrió hace unos meses en pleno juicio, por lo que ahora se apoyaba en un bastón improvisado con un tubo de pvc.
"Voy a sacar todo lo que llevo acarreando durante seis años (...) Rogaba a Dios que llegara este momento del juicio oral. Voy a decir la verdad, la pura verdad", dijo el viudo al iniciar su declaración.
"Adoré a mi esposa, la amé, viví para ella y para los hijos", continuó Arce, quien luego contó que su separación con Rosana (29) "no fue a los golpes, fue de amistad" y al realizar esta afirmación se le quebró la voz, por lo que le acercaron un vaso con agua.
Respecto del momento del homicidio de su esposa, el viudo contó que él estaba en el hospital de Pilar adonde había llevado a sus hijos para que los asistieran cuando la llamó.
"Me atiende el teléfono, se escucha `hola, hola`, luego `ay` y se cortó la comunicación", recordó Arce y agregó: "Rosanita reconoció al que la mató, porque si hubiera visto a alguien desconocido hubiera pegado un grito".
El viudo declaró que luego de esa comunicación, él llamó a Mónica, hermana de Rosana, para contarle lo que acababa de pasar y pedirle que alertara a la Policía.
"Mancharon mi nombre y mi apellido, pido que se haga Justicia y que me dejen en libertad", concluyó el imputado en momentos que la madre de la víctima, Graciela, comenzó a gritar llorando en la sala: "Yo perdí a mi hija".
Antes que Arce declararon su madre, Elsa Aguilar (83), imputada de instigar el crimen, y Gabriel Leguizamón (41), acusado de haber sido el autor material del homicidio.
"Jamás en la vida se me ocurrió matar ni a un perro, nada de lo que se dice es cierto", afirmó la mujer, quien calificó su relación con Rosana como "la mejor".
Según la madre, en el momento del homicidio ella estaba con uno de los hijos de Arce, mientras él estaba con el otro en el hospital por un cuadro de fiebre alta.
"Mi hijo me llamó llorando desesperado del hospital", recordó Aguilar respecto al día que Arce le avisó del crimen.
Además, la madre aseguró que nunca vio una discusión entre su hijo y Rosana, a quien consideró como "una chica de buena fe".
En tanto, Gabriel Leguizamón acusó a José Luis Belardez, prófugo en esta causa y con quien había sido detenido por un robo calificado", como el que en realidad consiguió el arma para que "un paraguayo" se encargara de matar a Rosana por pedido de Arce.
"Yo no tengo nada que ver con esto. Estoy acusado de un crimen que no cometí. Los verdaderos criminales siguen sueltos", afirmó.
Según Leguizamón, Belardez fue con una pistola "Ballester Molina" que probó en su casa, donde le dijo que a esa piba tenía que matarla por un encargo de Arce y que "la vieja" ponía la plata.
De acuerdo al acusado, ese hombre también contó luego de matar a Rosana que al "paraguayo lo pusieron en un colectivo de vuelta a su país" y que el arma "la tiraron en el (río) Paraná".
Los jueces Daniel Rópolo, Elena Bárcena y Raquel Slotolow pasaron a un cuarto intermedio hasta el martes 15 de octubre a las 10, cuando cada una de las partes comiencen con sus alegatos.
El crimen de Rosana fue cometido la noche del 16 de enero de 2008, en su casaquinta del barrio El Remanso, en Exaltación de la Cruz.
La víctima recibió a las 22.50 un llamado de Arce a su teléfono celular y, por tener poca señal, se vio obligada a salir de la casa, donde la ejecutaron de cuatro balazos con una pistola.
Desde el inicio de la causa, el entonces fiscal Marcelo Pernici (ya fallecido) consideró que se trató de un crimen por encargo del viudo con quien la víctima atravesaba un conflictivo proceso de divorcio, financiado por su madre y ejecutado por Gabriel y Paulo Leguizamón (35).
Arce declaró ayer ante el Tribunal y espera ahora los alegatos.
