Amigos… sin duda alguna es una de mis mayores preocupaciones, por eso la convierto en ocupación, derribar poco a poco mitos dando a difusión tics que avalen y programas que afirmen que es buena decisión contratar a personas que en forma permanente o transitoria porten alguna clase de discapacidad, obviamente me refiero a quienes son legalmente considerados tales por acreditar dicha circunstancia con el único documento público que lo acredita, es decir el certificado único de discapacidad.
Según un informe realizado por la Organización Internacional del Trabajo, OIT, se demostró que cuando se emplea a personas con discapacidad la productividad no baja, contrariamente es sensiblemente más favorable. Es así que la contratación de los miembros de este colectivo, no es ni debe verse como un acto de caridad sino como un ítem más que el empresario o empleador tome en consideración para que los negocios resulten rentables. Este informe fue realizado para el ámbito de la población de la República de Chile, cuyo fin fue la sensibilización sobre lo positivo que tales personas pueden proporcionarle a dichas empresas.
Un dato importante surgió también del análisis exhaustivo que efectuaron conjuntamente la Federación de Empleadores de Chile (SOFOFA) y la OIT. Ambas instituciones estudiaron prioritariamente a 150 empresas chilenas que en la actualidad emplean a personas con discapacidades y se advirtió que tal segmento poblacional alcanza al 0,5% del total de la fuerza laboral, en tanto el 7,6% de la población de la nación trasandina tiene algún tipo de discapacidad. Es por ello que lanzaron un programa con directrices en forma conjunta, con la finalidad de colaborar con tales empresas para comprender y asimilar que la contratación de personas con discapacidades incrementa la competitividad, la productividad, la eficiencia y, en definitiva, todo ello unido, al éxito empresarial. Tal iniciativa materializada en un programa, constó de cuatro capítulos: tres para los empleadores y uno para los trabajadores. El mismo les ofreció un conjunto de herramientas para poder superar la errónea o distorsiva visión de que poseer una discapacidad constituye un impedimento u obstáculo para cumplir tareas dentro de cualquier corporación. Aquel programa en forma adicional proporcionó también asesoramiento a las compañías sobre políticas de prevención de riesgos laborales como así también acerca de incentivos legales y financieros para la contratación de personas con discapacidades y, al mismo tiempo, suministró a los trabajadores pautas orientativas y consejos respecto de sus incorporaciones laborales en el mercado competitivo.
En nuestra argentina sucede algo bastante similar. Así pues, son múltiples aun las empresas que sostienen su preocupación, a la hora de evaluar a este grupo etáreo como potenciales empleados, por el temor que los trabajadores con discapacidad se accidenten más frecuentemente y, en tal caso, se ausenten más por motivos de salud. Paradójicamente del análisis hecho por la OIT, se demostró que las personas con discapacidades suelen ser mucho más cuidadosas que quienes no portan estas limitaciones funcionales y, en cuanto al ausentismo de ellas, faltan mucho menos siendo más responsables al momento de ejecutar sus labores. Es por tanto que la visión que tiene la OIT sobre esta materia, permite concluir que "todo trabajador con alguna discapacidad es siempre un empleado serio; su intervención ayuda a reforzar la moral de la fuerza laboral; no hay duda que sus talentos y competencias son recursos aun no explotados por las empresas y finalmente, algo más que trascendente, los consumidores tienden a tener un buen concepto de las compañías que los emplean, hasta el punto de decidirse a cambiar de marca por tal razón".
No obstante lo antedicho, la contratación de personas con discapacidad no debe erigirse como un tema de filantropía sino como una cuestión de mayor y mejor rentabilidad comercial. Cuando las empresas se abren hacia la inclusión y a la diversidad, también lo hacen respecto de las nuevas ideas, la innovación, la generación de ambientes de trabajo positivos y fundamentalmente la posibilidad de fidelizar empleadores, clientes, consumidores y nuevos mercados. Pero para que ello no sea una tangible utopía, debido a la existencia de barreras físicas y culturales que impiden avanzar más rápido, como por ejemplo situaciones como el transporte y los obstáculos urbanísticos, que afectan el normal desplazamiento de las personas con discapacidades, deberemos idear un cambio de paradigma que suprima tales barreras, eminentemente socioculturales.
Claro es que si bien más de mil millones de personas, esto es 15% de la población mundial, tienen algún tipo de discapacidad y representan el mayor grupo minoritario del planeta de acuerdo con las estimaciones más recientes sobre la incidencia de la discapacidad incluidas en el Informe Mundial sobre Discapacidad de 2011, publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial (BM), apuntando a la mentada sociedad inclusiva, debiéramos gestionar políticas tanto públicas como privadas que favorezcan el logro de tal cometido.
Amigos… luego de comentar este informe realizado por la OIT, me permito inferir que aquel llegó para reforzar la idea que integrar a las personas con discapacidad en el mercado laborativo competitivo no solo es bien positivo para el empleo, sino también para el crecimiento económico y, en particular, el de la sociedad en general. Estoy absolutamente convencida que es el desconocimiento el principal obstáculo para que las personas con discapacidades se incorporen al mundo laboral, en consecuencia tengan una vida normalizada. De allí el énfasis planteado en esta columna porque derribar mitos, miedos y prejuicios, es la clave ineludible para que el mundo laboral sea totalmente incluyente. Más que nunca los invito a "EJERCER LOS DERECHOS PORQUE SU EJERCICIO NO CONSTITUYE MEROS PRIVILEGIOS".
DRA. SILVINA COTIGNOLA, ABOGADA ESPECIALIZADA EN DISCAPACIDAD Y FAMILIA. smlcoti@ciudad.com.ar