Continuamos inmersos en el mundo del cine y hoy me gustaría hacer referencia al film "El expreso de medianoche" (Midnight Express, título original. 1978. Origen: Reino Unido, Estados Unidos) correspondiente al director Alan Parker. El guión lo realizó Oliver Stone y el film se halla basado en una historia real -ocurrida entre 1970 y 1975- de un joven estadounidense llamado William Hayes (Billy) detenido por llevar droga (específicamente hachís) en el aeropuerto de Estambul, Turquía.
El film nos invita a reflexionar acerca de los siguientes temas: (1) el concepto de sociedad. La sociedad norteamericana es totalmente disímil a la sociedad turca en relación al concepto de "crimen". Hay toda una conceptualización distinta acerca de la noción de "crimen" y de la "pena" o "condena" del ser. La notable severidad de la ley en Turquía y la deshumanización del ser. (2) El sentido de justicia y el sentido de piedad. La construcción de los sentidos de justicia y de piedad para la sociedad de Turquía es totalmente disímil en relación a la sociedad norteamericana. (3) La extrema violencia, la perversidad y el trato deshumanizado del ser dentro del sistema carcelario de Turquía. (4) La demencia como producto del sistema carcelario de Turquía y las miradas filosófica y sociológica en torno a esta cuestión (reclutas denominados "criminales dementes"). La locura del ser humano es definida por la sociedad como "máquina defectuosa": quienes dirigen la fábrica saben que algunas máquinas son defectuosas. Así lo define un personaje en el film. (5) La presencia de imágenes -las cuales reflejan de modo descriptivo el ambiente de la cárcel- remiten a la cuestión dantesca, otorgándole calidad al film. (6) La presencia del extranjero, es decir, del americano en el país de Turquía, vista por la sociedad turca como "lo extraño"; y es notable la hazaña que conlleva el apresamiento de un extranjero. Hay todo un juego perverso al apresar a un extranjero cometiendo un hecho ilícito.
A continuación, me gustaría transcribirles dos discursos. El primero es el discurso de Billy ante el jurado de Turquía cuando, después de haber ya casi terminado de pagar su condena, el tribunal supremo de Ankara decide revisar su causa de manera injusta extendiendo su pena a treinta años. El segundo discurso corresponde a un recluso que se encuentra en la sección de criminales dementes y se dirige al americano Billy.
Primer discurso: Billy ante el fiscal y los jueces de Turquía.
"Cuando terminen me condenarán por mi crimen y yo voy a preguntarles qué es un crimen, qué es un castigo. Eso parece variar según los tiempos y según los lugares. Lo que hoy es legal -de pronto- es ilegal mañana porque una sociedad dice que lo es, y que lo que era ilegal ahora es legal. Porque todo el mundo lo hace y no se puede meter a todo el mundo en la cárcel. Yo no digo que esté bien o mal, me limito a exponer un hecho, pero he pasado tres años y medio de mi vida en prisión y creo que he pagado ya mi error. Y si hoy deciden Uds. condenarme más años (…) mi abogado me ha dicho: "Cálmate Billy, procura portarte bien y saldrás antes". Y yo me he portado bien durante estos tres años y medio, pero ya me he cansado de portarme bien durante estos tres años y medio. Pero ya me he cansado de portarme bien porque Uds. me hicieron creer que me quedaban 53 días delante de la cara y después me los arrebataron. Y Ud. (dirigiéndose al fiscal) me gustaría que estuviera en este momento donde estoy y si supiera lo que yo siento entonces conocería algo que no conoce Sr. Fiscal: LA PIEDAD. Sabría Ud. (dirigiéndose al fiscal) que el concepto de una sociedad se basa en su capacidad de piedad, en su sentido del juego limpio, en su sentido de la justicia. (…) Para ser un país de cerdos (refiriéndose a Turquía) es muy gracioso que no los coman. Jesucristo perdona a sus verdugos pero yo no puedo, ¡los odio, los odio! Odio a su nación y odio su pueblo (…). Ud. (refiriéndose al fiscal) es un cerdo. Todos son cerdos (refiriéndose al tribunal de jueces turcos)."
Segundo discurso: un recluso en sección 13 para criminales dementes se dirige a Billy (se encuentran caminando en círculo).
"Perdón amigo mío, ¿es Ud. Americano? Yo (…), estudié filosofía muchos años, muchos años. Oxford es mi alma mater. También estudié en Viena y estudié aquí. Me encerraron aquí, dicen que violé a una niña, llevo muchísimo tiempo y no me soltarán nunca. A Ud. tampoco lo soltarán, le habrán dicho que algún día lo soltarán, pero no, no es verdad. Nunca saldrá de aquí porque mire el mundo está hecho en una fábrica y algunas veces hay máquinas, máquinas defectuosas y las meten aquí (refiriéndose a la cárcel de reclusos, sección para criminales dementes en Turquía). Esas máquinas defectuosas no saben que son defectuosas pero los que dirigen la fábrica sí. Ellos saben que Ud. es una máquina que no funciona. Bien, creo que hemos hablado bastante por hoy. Le deseo buenas noches."
Más adelante el recluso vuelve a hablarle a Billy (Billy se encuentra caminando en círculo, pero en sentido contrario a los demás).
"Buenos días amigo americano. Le pasa algo malo si va en ese sentido. Un buen turco va siempre hacia la derecha, la izquierda es comunista. La derecha es buena. Y por eso, debe ir en el otro sentido. El otro es el bueno. (…) ¿Qué le ha pasado amigo americano? Oh! La máquina defectuosa ignora que es defectuosa (refiriéndose a Billy). Sigues sin creerme que eres una máquina defectuosa. Conocerse a uno mismo es conocer a Dios. La fábrica lo sabe, por eso lo puso aquí. Ya lo verá, lo descubrirá. Con el tiempo lo sabrá."
Billy responde: "Ya lo sé. Lo he descubierto. Sé que Ud. es una máquina. Una máquina defectuosa. ¿Y cómo lo sé? Porque yo pertenezco a la fábrica. Yo hago las máquinas."
Los discursos aquí transcriptos constituyen recursos y/ o estrategias relevantes que nos permitirían analizar los temas antes enumerados.
Por último. El por qué del título. "El expreso de medianoche" es la frase metafórica que utilizan los reclusos para definir la mejor forma de salir de aquella prisión de Turquía: "a la fuga", puesto que en ese lugar las condenas son perpetuas.
Ana Carolina Erregarena
Licenciada en Letras (UBA, 1999)