Sr. Director:
De mi mayor consideración.
Solicito a Ud. tener la posibilidad de que publique la nota adjunta.
Desde ya agradezco su gentileza y aprovecho para saludarlo cordialmente.
LA CONSTRUCCIÓN DE UNA SOCIEDAD JUSTA
La construcción de una sociedad justa, depende sustancialmente de la calidad de vida de los habitantes de un país, en la que los municipios, las provincias y el gobierno central se ocupe de la educación, formación, cultura, trabajo seguridad y salud, la que además debe cuidar de la independencia total de los distintos poderes para que funcionen, la legislación y justicia sin interferencia política alguna.
Un país sin pobreza, es soberano, en cambio cuando la hay es manipulado por el poder de turno, lo lleva por caminos injustos, más indigencia y dependencia de quien le da migajas para que subsista.
Por ello la cultura, educación y particularmente el trabajo dignifica al hombre y lo libera de todo atropello de intereses mezquinos, que solamente buscan más poder para si.
Respetar la constitución es un deber soberano, infringirla es traición a la patria. Todos somos iguales, sin distinción de raza, credos e ideologías, para un país justo y soberano.
Los gobiernos que quieren imponer sus ideas o planes, sin la consulta parlamentaria, organizaciones, etc., son los más parecidos a una tiranía.
Hay que saber escuchar al pueblo con toda su diversidad ideológica y política.
Cuando el pueblo siente en carne propia la inseguridad, la inflación, su pérdida del poder adquisitivo, no poder viajar a donde se le antoje, por todos los cepos existentes, por falta de trabajo, ya que empresas están despidiendo personal por falta de insumos importados, las trabas para importar y exportar, no tener calidad educativa y sentir que un jubilado ganan menos que una persona con planes sociales, ya que toda su familia y a éste ni le conviene trabajar. Y muchas cosas más. Que puede pensar un ciudadano que trabaja, que tiene que alimentar a su familia, que a penas le alcanza, además pagando los servicios de luz, agua y gas con un aumento exorbitante e impagable.
Todo ello conlleva a un estado de tensión generalizada de toda la ciudadanía que no va ha generar buenos tiempos por venir.
Además lo ocurrido últimamente, con muertos, saqueos, destrozos a comercios y a particulares, no puede ocurrir en un país democrático. Algunas autoridades y aún la misma policía han demostrado un desinterés en los habitantes, que son precisamente los que pagan sus impuestos, que gracias a ello, los que nombré anteriormente, cobran gracias a ellos.
Es sabido que las fuerzas de seguridad, los maestros, los jubilados, empleados públicos no reciben una remuneración de acuerdo a las necesidades actuales debido a la alta inflación. Entonces quien es el responsable.
La democracia no es hablar de ella y menos festejar aniversarios, sino practicarla, a toda hora, todos los días y todos los años por venir, para nosotros y para toda la descendencia de cada uno de nosotros los habitantes de este maravilloso país.
Miguel Angel Dipaola
DNI: 5.607.879
