Desde que, hace varias décadas, irrumpieron en la industria alimenticia los aceites hidrogenados, margarinas o grasas tran todo cambió para peor.
Diabetes, cáncer, obesidad y accidentes cerebro vasculares e infartos han aumentado de forma exponencial gracias a estas grasas, entre otros factores.
Estas grasas están omnipresentes en:
*discos de tartas y empanadas
*pastas frescas envasadas
*budines, magdalenas, facturas, brownies, etc.
*galletitas y rellenos de galletitas
*baños de repostería o "cobertura" de chocolate
*chips de galletitas y helados
*baños de bombón helado, etc.
Estas grasas se fabrican con aceites baratos (soja, colza) que al hidrogenarse se hacen sólidos y emulan así a la manteca que ha sido injustamente desprestigiada y demonizada a los efectos de fomentar el consumo de grasas trans.
El gran peligro de estas grasas reside en que, al incorporarse como "falsos lípidos" a las membranas celulares producen la rigidez de dichas membranas que en estado ideal deberáin comprtarse como un "mosaico fluído y flexible" que permita la entrada de oxígeno y nutrientes al interior de la célula y a su vez la salida de dióxido de carbono y productos de desecho.
El resultado es la autointoxicación e hipoxia de las células. De ahí al cáncer y enfermedades autoinmunes (por ejemplo), hay un solo paso.
Lo paradójico es que estas grasas baratas están presentes en productos muy caros, "premium" incluso, como ciertos alfajores.
Lo peor que son los niños los grandes consumidores de grasas trans.
En diciembre de 2014, Salud Pública las va a sacar de circulación.
Lo urgente e importante es sacarlas ya de nuestras vidas y leer los rótulos de los envases.
Bioqca. Mónica A. Rímoli
Postgrado en Medicina Ayurveda (U.B.A.)