La historia argentina, incluso la reciente, tiene claros ejemplos de devaluaciones, especulaciones, presiones de las multinacionales y los agroexportadores por el tipo de cambio, con complicidad de los medios hegemónicos que atentan contra la dignidad y el bienestar del pueblo argentino.
El Rodrigazo en el año 1975, políticas destructivas de la industria nacional por parte de Martínez de Hoz durante la dictadura militar (1976-1983), golpe de mercado en febrero de 1989 contra el primer presidente del retorno de la democracia Dr. Raúl Alfonsín que generó la hiperinflación, son algunos ejemplos del poder de los grupos concentrados en contra de los intereses de las mayorías.
Durante los años 90´el plan Bonex, el desaguace del estado y las políticas neoliberales de Menem-Cavallo hicieron explosion en diciembre de 2001.
Los bancos en complicidad con el poder político de turno; primero De la Rúa, Duhalde después, se apropiaron del ahorro de millones de argentinos, con jubilados, trabajadores, docentes, etc. Que desesperados golpeaban sus puertas cerradas y blindadas.
La pesificación asimética que impuso Duhalde salvó al "Gran Diario Argentino" y otros grupos deudores, hundiendo en el fango a pequeñas industrias, y generando el cierre de miles de comercios; tengamos memoria. Los ataques especulativos contra las monedas locales, son corrientes por estos días, sufriendo las economías de países emergentes como Brasil, India o Turquía.
Los "devaluadores" locales apoyados por los medios hegemónicos u los dirigentes políticos cipayos de siempre van por mas , reclaman un dólar "recontra alto" que los beneficie a expensa del ingreso de millones de argentinos.
Se tiene que actuar con firmeza y el gobierno nacional debería reinstalar la junta nacional de granos y la junta nacional de carnes para evitar las especulaciones de las multinacionales cereales y terratenientes amparados en la sociedad rural argentina.
Tengamos memoria, no es un gobierno, un color político o una presidenta lo que está en juego, lo que buscan los mismo de siempre es una argentina para pocos, con bajos salarios, sin mercado interno ni contención social, esta es la apuesta de los devaluadores.
Nuestro compromiso militante debe ser el de sostener los logros obtenidos, aunque falta mucho más para vivir en la argentina que todos queremos.