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La hipomineralización molar incisiva es una patología que se comienza a ver con mayor prevalencia en el consultorio. Antiguamente se generalizaba en lesiones del esmalte pero las últimas investigaciones detectaron una menor compactación de los cristales del esmalte lo que sugiere una falla en la maduración del ameloblasto (célula encargada de la formación del esmalte), en consecuencia de ello el problema se produciría en el período perinatal hasta los tres años de vida.
Clínicamente se observan grandes destrucciones de los molares e incisivos, involucrando estos dientes o solo lesionando uno de ellos. Son opacidades asimétricas delimitadas, con bordes bien definidos entre el esmalte normal y el afectado. Varían las coloraciones de las mismas de un blanco crema a marrón o amarillo. La porosidad aumentada ocasiona hipersensibilidad y dolor. Los pacientes aumentan el riesgo de caries de progreso rápido, al punto de perder piezas dentarias a edades muy tempranas. Es de destacar que afectan los molares e incisivos permanentes sin importar la integridad de los temporarios o las terapias preventivas desarrolladas sobre los mismos.
De todas formas siempre es conveniente realizar las terapias de prevención a temprana edad y efectuar los controles de forma rutinaria para detectar estas patologías, el diagnóstico precoz aumenta la sobrevida de las piezas dentarias. Dependiendo el grado de severidad de la lesión se puede aplicar barniz de flúor para reforzar los cristales de hidroxiapatita y en casos avanzados se debe intervenir para devolver las estructuras del diente que se perdieron por el debilitamiento del esmalte.
Se desconoce con certeza de la etiología pero los estudios se la atribuyen a factores como enfermedades respiratorias, fiebre, otitis media, consumo de antibióticos, exposición a dioxinas y predisposición genética.