Fue a comienzos del año 1960 cuando con ritmo quizás lento, pero sin pausas, se continuó la tarea de estructurar definitivamente la actividad deportiva, que por gravitación de una serie de factores favorables fue alcanzando plenitud institucional. Ese síntoma se observó preferentemente en el fútbol, bochas y básquetbol, merced a la afiliación a las respectivas entidades rectoras de esas disciplinas. Tal alternativa determinó que se intensificaran programas y preparación de equipos.
En bochas, con el techado de la cancha, se facilitó el desarrollo de la actividad, al igual que en básquetbol, cuya subcomisión se ocupó de los lineamientos finales de la planificación dentro del marco oficial.
El estadio de fútbol erigido en un extremo del Barrio Dálmine, ya estaba brindando una demostración de lo que fue un proyecto, se convertía en realidad merced a los trabajos, que con ritmo acelerado, se venían efectuando en el mismo.
Para los aficionados del Tiro al Platillo, también se hizo el foso de lanzamientos, que quedó concretado en terrenos adyacentes y de propiedad del establecimiento. Por otra parte, los amantes del voleyball, tenían habilitada en la zona del Chalet 30, su rectángulo de juego.
Las llamadas actividades sociales, se ponían en marcha, merced a la serie de obras y actos que tenían como sitio ideal el Chalet, pero con el correr del tiempo y la adecuada planificación permitió que alcanzara amplia significación, dado la influencia que ejercían sobre los aficionados y dependientes.
Aquel Centro Social y Deportivo Dálmine, logra su afiliación a la Liga Campanense de Fútbol. Las tareas y gestiones estuvieron a cargo de los señores Alberto Magrini, Guido Postinghel, Renato Logni, Ricardo Lomeña, Fernando Lirio Cabrera, Rodolfo Milano y restantes miembros de la Subcomisión de Fútbol, quienes debieron prodigarse con rapidez y esmero para obtener las afiliaciones primero y luego los pases de numerosos jugadores, que aunque trabajaban en el establecimiento industrial, practicaban fútbol oficial en Campana y Zárate.
Con relación al estadio propio, se había reconstruido el tapial lateral a la avenida Mitre, que resultara dañado por el ciclón que causó varios daños en la ciudad y se estaba en plena tarea de nivelación del terreno, cuya conclusión dio paso al tratamiento técnico del piso en base a los últimos adelantos en la materia.
El domingo 6 de marzo, en el Estadio Municipal se juega el primer cotejo entre el Centro Social y Deportivo Dálmine y Deportivo Italiano, ganando el dueño de casa por 1 a 0.
DALMINE: Jorge Twyford (José Villafañe); Pedro Bellochio y Oscar Coronel, Antonio Yorio, Félix Anselmo Prelato (Oscar Pedrosa) y Oscar Morano (Rubén Llallopizzi); Ricardo Vidal, Aroldo Russo (José Gómez), Oscar Montero, Carlos Spina (Norberto Diffur) y Pedro Fabre (Osvaldo Luque). D.T.: Domingo Pepe.
DEP. ITALIANO: Adesio (Merlini); Morales y Ovalle; Azcoidi (Yraza), Dicarlo y Di Adoardo (Lisa); Gentile, Rochethe, Cestaro, Mariño y Delle Líbera (Pabliacetti).
Tal visita permitió conquistar la amistad y cordialidad de una magnífica institución metropolitana, cuyos integrantes hicieron honor a la sana competencia deportiva.
El gol de la victoria fue obtenido en el período inicial a los 36 minutos, merced a una excelente intervención de Aroldo Russo. Este encuentro fue el punto de partida para nuestra querida colectividad itálica que comenzó a disfrutar un clásico que al año siguiente tendría mayor relevancia en competencia oficial, en el Torneo de Ascenso de AFA. A tal punto que en 1962 el campeón fue Italiano y su escolta fue Dálmine y al año siguiente los "violetas", para llegar a estar nuevamente juntos en 1964 en la Primera "B", en la que era antesala del fútbol mayor.