Bien sabemos ya que todo lo que en la vida sucede, nos afecta. Y sabemos también que algunas cosas nos afectan en positivo, y otras en negativo.
Hay momentos de la vida en que todo parece ser negativo, que todo lo que queremos no aparece, y que lo que hacemos nos sale mal, lo que otros hacen no nos gusta, al punto de encontramos envueltos de manera tal por esa negatividad y tan conectados con ella, que hagamos lo que hagamos no parece funcionar, llegando a tener la sensación de que nada puede mejorar. Todo parece que es -cuesta
Esto es tan asi, y todo -lo que no nos gusta- se hace tan presente, que solo le prestamos atención a lo negativo y esto termina ocupando nuestra atención y modificando nuestro estado de ánimo.
Es tan desagradable estar en ese tipo de momentos y situaciones puntuales, que a veces hasta llegamos a un lugar de hartazgo y casi desespero por salir de ahí y sentirnos mejor. Hacemos lo que -en general- sabemos hacer: buscar la "solución" a esta situación para salir de ella, deseamos de una buena vez que nuestra cabeza haga su trabajo y "resuelva" todo lo necesario para sentirme mejor, analizando tanto lo de afuera, como también los aspectos personales que pueden estar "provocándome todo esto".
Si bien es cierto que hay situaciones que efectivamente e indefectiblemente nos hacen sentir muy mal, con mucho dolor y tristeza, por otro lado hay muchas otras cosas que simplemente están ahí y que es de acuerdo a como yo -miro- a esas situaciones, me siento peor, o mucho peor. Esto nos dice que de acuerdo a como -vemos- las cosas, tenemos una reacción química traducida como sentimiento o emoción.
Es decir que, en gran parte, depende de nuestro punto de vista la manera en que las cosas nos afectan. Y esto termina mostrándonos que: pedirle a la cabeza que encuentre la solución a no pensar en negativo, es como pedirle a un preso que se cuide a si mismo de no escaparse de la cárcel. No funciona.
Salvando distancias, personas y estados de salud, y casos puntuales, arriesgo a decir que no siempre es tan así. Y no siempre es verdad en que las cosas no pueden mejorar.
Los 6 pasos para el cambio
La propuesta será -hacer pie- para aliviar un poco las cosas y nuestros estados negativos, activando -sentires positivos- poniéndonos a nosotros mismos como centro, en lugar de dejar ser centro a las situaciones. Esto lo haremos desde afuera hacia adentro, es decir que comenzaremos desde la accion de cosas positivas, para que tengan un impacto en nuestra persona y por ende, en nuestro estado anímico. Vamos a quitarle el lugar de centro a las situaciones (en este caso negativas) y nos vamos a poner a nosotros como centro, es decir, nos convertiremos en nuestra prioridad.
La estrategia que propongo es muy simple, y se trata de darle lugar a lo positivo, para que ocupe su lugar en nosotros, a través de responder y seguir una serie de pasos para inclinar la balanza hacia el otro lado:
1) ¿Estoy feliz prestándole atención solamente a lo negativo en mi vida?
2) ¿Estoy listo para asumir responsabilidad por mejorar mi estar y provocar algo de bien-estar?
3) ¿Tengo motivos para sentirme bien, sentirme mejor que hoy?
Entonces….
4) Hacer una lista de las cosas que: me gustan, me hacen sentir bien, me hacen feliz. Enumerar entre 5 y 10 items
5) Al lado de cada cosa, aclarar -que- es lo que me hace sentir bien de realizar esa accion. Por ejemplo: si escribí que -cocinar- me hace feliz, puedo darme cuenta que a través del acto de cocinar puedo expresarle mi amor a mis seres queridos.
6) A través de algo de planificación y organización, pensar en cómo comenzar a incluir esos elementos en mi vida a partir de ahora, teniendo en cuenta que esto que hago me hace sentir bien, y serán precisamente éstas acciones la que me ayudaran a ir cambiando mi estado de ánimo y mi forma de estar.
Es importante tener en cuenta que para que el trabajo tenga efecto en nosotros, es necesario recordarnos que: somos responsables por nosotros mismos, tanto de nuestro malestar como de nuestro bienestar, y que solo nosotros podemos dar pasos de acción para cambiar las cosas, nadie más puede hacerlo por nosotros, por mucho que quiera.
Clr. Alejandro Juroczko
www.amoraea.com
@alejuro
(imagen ilustrativa, web www.amoraea.com)