Hace ya varios años el destino del estadio del violeta de Campana se encuentra en boca de todos los campanenses en cada rincón de nuestra ciudad.
Hasta ahora, lo que todos sabemos es que el Municipio acordó con TENARIS entregar el estadio de Villa Dálmine al Municipio de Campana y, a cambio el Municipio le vendería el Puerto de Frutos a TENARIS; este sería el acuerdo que la creencia popular sostiene. Incluso en su momento, para evitar que el estadio tenga otro destino diferente, se declaró en el Honorable Concejo Deliberante a dicho estadio como Patrimonio Histórico de la ciudad de Campana.
Hasta ahí lo acordado. Después de esos acuerdos, surgieron diferentes posiciones encontradas. Por un lado, el Municipio de Campana que salió a comunicar públicamente su intención de realizar un centro cívico en la zona del Estadio de Villa Dálmine. Por otra parte, varias versiones de la voluntad de entregar nuevas tierras al Club Villa Dálmine para que construya una nueva cancha en otro lugar de la ciudad.
Además de éstas versiones, actualmente, el Municipio de Campana ya señaló que existen dificultades para transferir la escritura del estadio de Villa Dálmine al club, y que ahora proponen entregar dicho inmueble en comodato a la institución por un largo plazo.
Realmente estas versiones me llaman poderosamente la atención, porque en nuestro país existe una ley de regularización dominial, que en caso de existir algún problema en la transferencia del dominio de la propiedad, se podría resolver a través de su reglamentación. Asimismo, me sorprende que se señalen deficiencias en la transferencia de un inmueble a favor del Club violeta, cuando por otro lado, la transferencia del Puerto de Frutos hacia TENARIS parece no tener inconvenientes, dado que la empresa ya avanzó cercando toda la zona sin esperar que el Honorable Concejo Deliberante se expida sobre el tema.
En definitiva, creo que sería bueno profundizar el análisis de las razones que impiden escriturar el estadio a favor del Club Villa Dálmine, porque en definitiva esa era la voluntad primaria de todas las instituciones intervinientes, y esa es la misma voluntad de todos los campanenses.
