A propósito de la historia del cine, Ingmar Bergmar (director y guionista de cine sueco) fue uno de los exponentes más relevantes en el mundo de la cinematografía. En cuanto a su estética, se caracteriza por la lentitud en la secuenciación de las imágenes; permitiendo -de esta manera- que los espectadores tengan un lapso de tiempo extensivo para efectuar un análisis reflexivo de los distintos planos fílmicos y/ o imágenes visuales.
Cabe recordar, que en una columna del año pasado, hemos abordado -de manera sintética- el análisis de uno de sus films: "El séptimo sello" (Suecia, 1957), film cuyo tema más importante es el Medioevo.
En la presente columna, me gustaría hacer un breve comentario acerca de otro aspecto significativo en sus films: la cuestión del Psicoanálisis, recurso que -como ya sabemos- remite al mundo moderno. En los films de Bergman, prevalece la profundidad y la emotividad para tratar la temática de la complejidad de las relaciones entre los seres humanos. En los vínculos amorosos, de amistad, de madre- hija, de hermandad prima la incomunicación, la frialdad, el distanciamiento. Puntualmente, he tomado tres films de Bergman para ejemplificar este tema.
En el primer film, "Gritos y susurros" (Suecia, 1972) cobra importancia los vínculos afectivos entre: 1) hermanas, 2) esposos/ amantes, 3) madre- hija. En el vínculo entre hermanas prima el distanciamiento. María no soporta la distancia y el silencio y -por ende- propone a su hermana Karin ser amigas, pero es rechazada. Cabe añadir, que en "Gritos y susurros", cada una de las hermanas conlleva una representatividad: Agnes representa el sufrimiento, el dolor, el silencio. María representa la seducción, el deseo sexual, lo infantil. Karin representa el nerviosismo, la frialdad, lo histriónico.
Respecto a los vínculos matrimoniales, por un lado, el personaje femenino de María se halla invadida por el aburrimiento, es la que posee un amante -el médico David-, quien la invita a reflexionar acerca del paso del tiempo en su persona, en el cambio de su mirada. Podemos observar cómo -de alguna manera- la mirada refleja la interioridad del ser, los cambios no son solamente una cuestión física o externa sino que también hay toda una mutación en la interioridad del ser. En este sentido, no debemos olvidar que la preocupación por el paso del tiempo es otro tema recurrente en Bergman. Por otro lado, el matrimonio de Karin es una mentira, constituye una relación protocolar, diplomática -al igual que la ocupación profesional de su esposo-.
Respecto a los vínculos maternales, el personaje de Ana -sirviente- es aquel personaje femenino que cumple con la función maternal al atender con sumo cariño a Agnes en su enfermedad hasta su muerte.
El segundo film seleccionado, "Escenas de la vida conyugal" (Suecia, 1973) se halla dividido en seis partes, cada una de ellas con título. Específicamente, en este film -como ya lo adelanta el título- nos invita a abordar los vínculos amorosos, los vínculos matrimoniales. En la parte V del film denominada "Los analfabetos", los protagonistas Marianne y Johan se encuentran en la oficina con el objeto de firmar -finalmente- los papeles del divorcio. Toman cognac, tienen sexo, Johan se niega a firmar el divorcio, aparece aquí también la preocupación por el paso del tiempo en el personaje masculino de Johan. En algún momento de la discusión, Johan afirma: "somos analfabetos emocionales". Ambos continúan discutiendo fuertemente y Marianne es agredida físicamente por Johan. Finalmente, después de haber soportado humillaciones ante la infidelidad de su marido, y habiendo transcurrido bastante tiempo -ya divorciados hace un año- y cada uno con parejas nuevas (Marianne con marido nuevo llamado Henrik y Johan con su mujer actual llamada Paula), deciden pasar unos días en su cabaña (Parte VI del film denominada "En plena noche, en una casa a oscuras"). Los sentimientos de temor, de inseguridad, de desolación invaden al personaje de Marianne, y Johan termina manifestando que la quiere a Marianne de "un modo profano e incompleto".
En el tercer film seleccionado "Sonata de Otoño" (Suecia, 1978) la temática central es el vínculo entre madre e hija. Eva recibe a su madre Charlotte en su casa después de mucho tiempo sin verse. Charlotte descubre - a partir de una charla que mantiene con Víctor, esposo de Eva- que su hija atravesaba por un momento de crisis matrimonial. Como decíamos, la problemática primordial es el vínculo conflictivo entre madre e hija. En su estadía, Charlotte intenta un acercamiento a su hija, pero Eva termina reprochándole a su madre todos los errores que cometió no sólo para con ella, sino también para con su hermana Helena y su padre -esposo de Charlotte-. Los reproches tienen una fuerte carga emotiva y dramática. Finalmente, su madre escapa de la casa de Eva. En el personaje femenino de Charlotte resulta significativo el modo de evadir la realidad: es a través de la música que Charlotte logra escapar de su realidad. Charlotte reconoce que ella también ha tenido una infancia sin afectos y llegó a la conclusión que estar conectada con el mundo de la música era un modo de encontrar sentido.
Lo expuesto constituyó una sintética aproximación al estilo del cineasta clásico Ingmar Bergmar dando lugar a múltiples lecturas posibles.
Ana Carolina Erregarena
Licenciada en Letras (UBA, 1999)
Profesora de Enseñanza Media y Superior en Letras (UBA, 2002)
anacarolinaerregarena@yahoo.com