Especial para La Auténtica Defensa
Argentina ha crecido en muchos aspectos en que estuvieron postergadas durante décadas, la industria,la ciencia, el campo como algunos ejemplos , pero el más llamativo es un tema de inevitable abordaje gubernamental y social: son las grandes falencias en materia de educación en todos los niveles. Los eternos conflictos docentes desde lo gremial que restan días de clases, la currícula poco atractiva, la repitencia casi incontrolable, la sobreedad etc. Que genera esta realidad ?En principio le pone la etiqueta a una franja social que son los jóvenes de entre 13 y 19 años a quienes se los denomina Ni. Ni, que significa casi peyorativamente, que ni trabajan ni estudian. Verdaderamente ésta calificación apena y avergüenza porque hace referencia a casi 90.000 jóvenes que se encuentran en esta penosa situación. ¿Porqué penosa? En principio porque se trata de toda una generación que en caso de perdurar esta realidad quedarán excluidos del sistema (social, educativo, laboral, económico, político etc.) Si bien estos números son discutibles en cuanto a su exactitud la inmensa cantidad de jóvenes en esta posición es alarmante. Argumentan desde los gobiernos, nacional y provinciales que se ha destinado el 6 % del PBI a educación. Lo que parece ser una cifra importante no alcanza a resolver ni siquiera en un mínimo porcentaje la alarmante realidad de jóvenes sin educación ni futuro, es decir, excluidos. Situaciones similares se dan en España y Méjico lo cual no es ni siquiera un consuelo.Del contexto surge una interesante pregunta, por qué los jóvenes mencionados no trabajan, pero tampoco buscan trabajo? Posiblemente exista más de una respuesta pero se me ocurre una, no buscan trabajo porque no se han formado o no lo han formado en la cultura del trabajo, por lo tanto buscan la comodidad de las salidas fáciles, planes sociales, ocio desmedido, dependencia etc. producido por un descontento generalizado, angustia y la no visualización de un horizonte más o menos claro (futuro). Si bien esta realidad no afecta a una clase social determinada es lógico que afecte potencialmente a los sectores populares. Pongo el acento particularmente en un par de fenómenos sociales que sumados a los ya mencionados son agravantes para esta generación. Fenómenos que si bien no son tan nuevos, en los últimos años se han arraigado con tanta fuerza en toda la sociedad sin distinción y son, la droga, los contenidos sin filtro de los medios y redes sociales, la disgregación de los grupos familiares, sumados todos ellos resultan en, marginalidad, embarazos no deseados, frustración y otros males. En Misiones se da una situación bastamente alarmante similar a otras provincias, el 30% de los jóvenes, es decir 30.000 no concurren al secundario. Ante tal situación no nos basta con buscar tan solo el crecimiento económico de la nación sinó que además de administrar correctamente y sin corrupción deben ser destinados a los fines prioritarios como los son por ejemplo la educación de nuestros jóvenes a quienes les legamos la honrosa y difícil tarea de gobernar este hermoso y próspero país. Por ello es muy sabido que el éxito de los gobiernos venideros y del país dependerá inexorablemente de la educación que les prodiguemos, caso contario estaremos condenados al fracaso.
Hasta la próxima