A través de esta columna quiero manifestar mi opinión sobre las sociedades de fomento; éstas importantes asociaciones de vecinos que se aglutinan en una institución intermedia entre la política y los ciudadanos; y que tienen contacto directo y permanente con la realidad del barrio.
La experiencia que pude recoger en éstos últimos años recorriendo los barrios de campana y las instituciones fomentistas; en la mayoría de éstos casos las Comisiones de las Sociedades de Fomento se regularizaron con la intervención directa del Municipio; es decir a través de la presentación de candidatos o vecinos del barrio con cercanía a los funcionarios del Ejecutivo o del Gobierno Municipal. Lamentablemente, en éstos casos, a pesar de las buenas acciones y buena voluntad que los fomentistas pretenden darle a su acción, no consiguen legitimar la representación del todo el barrio. Esta situación trae como consecuencia, que las comisiones no funcionen orgánicamente, no logren los quórums y mayorías requeridas por el Estatuto; y por esa razón, aún cuando no lo quieren, no les queda otra que mantener un funcionamiento siempre irregular, por fuera de las normas que lo regulan.
Esta vida institucional precaria, cansa a las personas que quisieron asumir un compromiso en favor del bienestar general del barrio, y renuncian antes de cumplir el mandato; obligando nuevamente al Municipio a gestionar que nuevas personas se hagan cargo de estas asociaciones.
En resumen, la falta de elecciones democráticas, genera esta indiferencia con las instituciones, incumplimiento de los mandatos, y falta de compromiso con los vecinos porque fueron elegidos por los funcionarios públicos del Municipio.
Para modificar este diagnóstico, ya presenté en el HCD un proyecto de ordenanza para convocar a elecciones en todas las sociedades de fomento, a los efectos de lograr representatividad y legitimidad de las autoridades con respecto a los vecinos de su barrio. La elección democrática generará compromiso para con sus propios vecinos, y obligará a rendir cuentas ante sus propios votantes; con lo cual se mejorará la vida institucional.
El mantenimiento de un padrón de socios activos es lo que permite que se realicen elecciones democráticas dentro de la vida institucional de éstas asociaciones fomentistas, y desgraciadamente, este valioso padrón electoral (registro de socios) es lo que muy pocos administran adecuadamente. Nuestro proyecto garantiza el control y seguimiento de los padrones de socios de las sociedades de fomento, para de esa manera garantizar la transparencia en las elecciones. Hasta tanto no se hagan públicos los padrones de socios, y no se garantice la supervisión del mismo, no habrá modificaciones en la vida institucional de los fomentistas, y continuará su dependencia exclusiva de los funcionarios públicos municipales. Lamentablemente, esto último sólo genera una dependencia política e institucional de los fomentistas respecto del poder político de turno.
