Para los vecinos:
Seguridad: seguimos esperando que algo cambie
Por Carlos Cazador

Nuevamente nos sentimos abandonados. Librados a nuestra suerte. Otra vez, tenemos que observar como vecinos, como usted y como yo, reclaman por su derecho a ir a trabajar, a ir a estudiar, y volver a casa a salvo. Parece una ridiculez, pero así están las cosas: en algunos barrios de Campana salir seguro a la calle es lanzar una moneda al aire y esperar que lado toca.

Esta semana las comunidades de los barrios Lubo, La Esperanza y La Argentina enviaron al Honorable Concejo Deliberante una carta solicitando medidas urgentes contra el acoso delincuente que sufren a diario. Desde nuestro bloque nos sumamos al pedido y legislaremos en consecuencia, pero lamentablemente nuestras posibilidades tienen su límite.

Es la Intendente la que tiene el verdadero poder de cambiar las cosas.

Sin embargo, las medidas que el oficialismo toma parecen no ser suficientes. O la estrategiafalla o los recursos son insuficientes, frente a una situación que se incrementa en número y en grado de violencia. Hace pocos días, un vecino del barrio Los Nogales fue baleado cuando le intentaron robar su moto. Está internado, peleando por salir adelante.

Lo que al kirchnerismo le queda para ofrecernos son meras contradicciones. El jueves convalidamos en el HCD un decreto firmado por el ejecutivo local en donde se adhería a la declaración de la emergencia en seguridad en la provincia sancionada por el gobernador Daniel Scioli. Al día siguiente, el gobierno nacional crítica esta medida, por sospechar la manera en la que Scioli utilizó los fondos destinados a la emergencia en seguridad.

El gobierno, lejos de tener un plan mancomunado y orgánico, se desgasta en peleas internas y pierde de mira el bienestar de la población. Ninguna noticia peor puede llegar a los oídos de los vecinos que día a día nos hacen llegar su preocupación, y que no saben ya cómo reclamar por mayor protección.

Una protección que el gobierno, en todos sus niveles, repite incansablemente que ha brindado en el terreno social. Pero entonces no se entienden por qué, si hay menos pobres, si cada vez hay más oportunidades para los jóvenes, el delito y el narcotráfico no paran de hacer mella en nuestro país. El relato se desnuda cuando se confronta con la realidad. Y no hay que ir muy lejos para ello.

Como abran visto en las dos ediciones que llevamos emitidas de nuestro programa "Primero Campana, Primero Los Vecinos", los problemas están a la vuelta de la esquina. Se los quiere ocultar pero resulta imposible. Y esa mano que tercamente pretende tapar al sol comienza a cansarse, a bajar la guardia y a revelar detrás todo el cuerpo de mentiras sostienen.

Y mientras tanto, seguimos esperando.