Vos me conocés de hace mucho tiempo, tal como yo conozco a mi Campana. Nací en la isla pero mi familia se vino al poco tiempo para acá. Y desde entonces he crecido, trabajado, formado una familia y militado en política en esta hermosa ciudad.
Ciudad que a pesar de conocer todos sus rincones, me sigue dando sorpresas. De las malas claro, aunque no sea lindo, nunca está demás hablar. Voy a Las Praderas y me encuentro con un barrio olvidado, como separado del resto del partido, con obras básicas inexistentes: basurales a cielo abierto a metros de su escuela -¡a metros de su escuela!-, pésimo estado de las calles, falta de alumbrado y de seguridad.
Voy a la otra punta, al San Cayetano y al San Luciano, y el panorama es el mismo. Los chicos ya ni siquiera tienen una plaza donde jugar y divertirse sanamente, en un marco familiar propicio para mantenerlos a salvo del delito y la droga. Una plaza que fue inaugurada con bombos y platillos por la Intendente hace apenas unos años atrás. Una plaza, en definitiva, que hoy de plaza no tiene nada, justo en uno de los barrios más carenciados de Campana, compuesto en su inmensa mayoría de gente trabajadora, dispuesta a salir adelante, y que necesita del acompañamiento del Gobierno para hacerlo.
Pero el Gobierno no está. Se cansa de repetir las frases de su par nacional diciendo "esta es la década ganada", y el que se cansa soy yo de ver chicos excluidos, escuelas venidas abajo, y el narcotráfico haciendo mella en los sectores más vulnerables de la población. Levantan carteles gigantes anunciando obras, y se repiten ante mí los reclamos de falta de cloacas, de pavimentación, quejas por la prestación de servicios…
Ni hablar del tema de la inseguridad, que tan duro nos ha golpeado a todos con el caso del joven Leonel Ferreyra. Se han tomado medidas que es evidente que no funcionan, porque hechos como esto no podrían seguir sucediendo si las herramientas que tanto se jactan de implementar fueran eficaces. Yo no veo a la gente más tranquila caminando por la calle, no veo a los padres más despreocupados cuando sus hijos salen a bailar de noche… ¿Y vos?
No obstante, recorriendo las calles de mi querida Campana también encuentro fe y esperanza. Lo hago en el corazón de sus vecinos. Vecinos que están cansados de que se les dé la espalda, de que sólo se los visite o escuche en épocas electorales. Vecinos que nos llaman para que movilicemos sus justos reclamos, para que demos a escuchar sus voces en un contexto que quiere acallarlos o someterlos ante la dádiva oficial.
Esta es la ventaja de caminar la ciudad: conocer todo lo malo y también lo mejor de lo bueno. Porque para mí, para todos los que formamos parte de Acción Comunal Primero Campana, sería más sencillo quedarme en el sillón de nuestra oficina en el primer piso del Palacio Municipal, atender de vez en cuando un llamado, elaborar un proyecto en base a la información recibida y presentarlo sin más en el HCD. Más lo que marca la diferencia es involucrarse con los problemas de la gente, observarlos, conocerlos, charlar con los perjudicados. En definitiva, asumir un compromiso.
Porque para eso vos me votaste. Y porque para reforzarlo, pronto te voy a pedir que lo hagas de nuevo.
Un fuerte abrazo,
Carlos Cazador Cel 15676483
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