El ayuno es uno de los mecanismos curativos naturales más antiguos y más perfectos.
Todos los animales, excepto el hombre actual, ayunan instintivamente cuando están enfermos.
En todas las religiones, culturas, doctrinas y medicinas naturales está presente el ayuno como la manera más maravillosa de limpiar el cuerpo y fortalecer la espiritualidad.
hipócrates, Galeno, Platón, Aristóteles y Pitágoras, entre otros, practicaban y recetaban el ayuno para las enfermedades graves (para curar y prevenir).
Jesus solía ayunar con frecuencia, hasta 40 días seguidos. Lo mismo hacía Buda.
El Ramadán es el ayuno de los musulmanes. Ayunar desencadena un maravilloso proceso de limpieza que llega a cada célula y tejido del cuerpo.
Ayunar remueve del cuerpo lo inservible y perjudicial. Se activa el proceso de eliminación por lo cual es indicado ayunar para curar el estreñimiento crónico.
Ayunar limpia y depura a fondo la corriente sanguínea.
En la segunda mitad de la vida, los ayunos y semiayunos se vuelven imprescindibles.
Los ayunos de 24 hs. no son suficientes para una limpieza a fondo pero la gente muy intoxicada (por alimentación, stress y medicamentos) tampoco debe intentar ayunos prolongados ya que la crisis curativa que puede tener lugar sería contraproducente. La consulta a un profesional es lo adecuado.
Cuando se ayuna, a las 24 hs. de suspender la ingesta sólida, las enzimas digestivas se dirigen a los instestinos y a la sangre para destruir productos de desechos, células muertas o anormales, microbios, desechos metabólicos y sustancias tóxicas.
Con el ayuno, órganos y glándulas reciben un merecido descanso durante el cual se purifican y rejuvenecen y equilibran sus funciones.
Ayunar es la forma más sencilla y económica pàra recuperar la salud.
Bioqca. Mónica A. Rímoli
Postgrado en Medicina Ayurveda