En el Ratón conviven, tanto el ser primitivo, buscando satisfacer sus necesidades básicas; como el individuo supercivilizado, tratando de imponer las normas culturales.
El Neanderthal, sosteniendo el garrote, tras una presa; y el Homo Sapiens Sapiens, portando algún libro, tras una respuesta.
Ambos, en un juego diario, de continua confrontación y complemento. Buscando el equilibrio, entre la fuerza y la razón, para optar por el mejor camino, ante cada alternativa.
¿y, por qué no, un Neanderthal, con su intuición y sabiduría, oteando el horizonte en pos de una res puesta; y el Homo Sapiens Sapiens, con su inanición crónica, y clásica torpeza, hurgando en la heladera, en busca de una presa?
Después de todo, los Neanderthal, se extinguieron hace, aproximadamente, unos cuarenta mil años. Cuando igualaban, en evolución, al Homo Sapiens Sapiens. Tal vez, lo superaban; ya que sus rasgos se asemejaban más a los del hombre moderno.
Como sea, lo cierto es que esta dualidad suele causar cambios repentinos de humor, en Lexus; que lo hacen actuar, alguna veces, como un troglodita, ansioso e intempestivo; y otras, como el más reflexivo, equilibrado e indiferente de los filósofos. Algo, que suele desconcertar a Alfonso, y dejarlo desorientado. Estado, en el que se encuentra a menudo, al que puede llegar, sin la ayuda de Lex.