Es increíble cómo el proceso de colocarse una a una las prendas del vestuario del personaje comienza a detonar en uno la necesidad de adoptar movimientos y comportamientos que no son los habituales. El simple hecho de sacarnos la camisa con que llegamos al teatro y reemplazarla por la que va a usar el personaje en el escenario nos va induciendo a adoptar posturas, gestos y modales que no son los nuestros en la vida cotidiana. Seguramente son excusas que buscamos para dar rienda suelta a esa necesidad de jugar que llevamos adentro y que, gracias al demonio del teatro, nos retrotraen a las libres horas de la infancia.
Pero si el vestuario nos transforma, ¡qué decir del maquillaje y la caracterización!
Tal vez el mecanismo sea el mismo, pero en este caso estamos obligados a mirarnos en el espejo, y entonces es inevitable juguetear haciendo muecas y morisquetas...
La Comedia de Campana es un grupo teatral que, como tal, está formado no solo por actores y actrices, sino también por aquell@s cuyas artes y oficios se suman a la columna vertebral para que finalmente el público pueda disfrutar del espectáculo.
En futuros fragmentos hablaremos de la música, de la escenografía, del vestuario, de la iluminación..., áreas todas que tienen rostros y nombres indelebles en la historia de La Comedia...
Hoy quiero detenerme en la cabeza...
En aquellos albores del camino, cuando aún éramos un manojo de ilusiones y sueños, no recuerdo cómo fue que conocí a Héctor "Ruphi". Tal vez porque él ya había tenido participación en otros grupos de la zona, cronológicamente anteriores al nuestro, y en la época ya estaba empezando a ser conocido por la calidad y creatividad de su trabajo.
¡A cuántas actrices y a cuántos actores Héctor "les hizo la cabeza" a lo largo de los años!
Y siempre aportando su inagotable sentido del humor para tender a neutralizar las tensiones de estrenos y ensayos generales...
Más allá de circunstancias y personajes; más allá de divismos y susceptibilidades; más allá del cansancio, del frío o del calor, Héctor siempre tiene un chiste a flor de labios que se suma a la elocuencia de su mirada para hacernos reír una y otra vez.
Siempre me negué a entrar en cholulismos fáciles y en irritantes procederes de autoalabanzas y mutuas y consentidas adulaciones. Sin embargo en estos momentos, en que pretendemos hacer un repaso público de lo que hemos estado haciendo desde que nacimos como grupo teatral hasta el presente, siento que no puedo dejar de citar especialmente a Héctor "Ruphi" por haber sido uno de esos pocos individuos que integraron La Comedia de Campana desde sus inicios hasta la actualidad. Y no es poco!
Quienes hayan leído hasta este punto podrán comprender el porqué del título de este Fragmento.
Sin embargo quería escribirlo... y justamente ése ha sido siempre el motor que nos ha impulsado: dar rienda suelta a lo que sentíamos que queríamos hacer.
Guillermo Rodoni
Héctor Ruphi peinando a Ana Barrionuevo para la obra "Tu Ternura Molotov" en 2009.
Hector Ruphi peinando a Jorge Villar en el personaje de Edgar Poe ("Israfel", 1973).