En la sesión del jueves pasado en el HCD se logró algo impensado, como es haber aprobado por unanimidad la posibilidad de brindar acceso al RAFAM (sistema que administra toda la información pública del municipio), a través de una computadora en forma permanente en el salón Blanco.
Digo que es impensado porque días atrás, lo normal era que el oficialismo proponga y promueva la descalificación, la diáspora, la fragmentación y la disputa entre los diferentes sectores políticos con cuestiones personales sin hablar de la política.
Imagino que el cambio en el oficialismo -que se produce después de que la oposición haya ganado el debate de la transparencia en el HCD, ante la denuncia sobre el desvío de tasas municipales que salpicaron de corrupción al Ejecutivo Municipal, como ante las transgresiones del oficialismo en el manejo interno del HCD para aprobar una Licitación Pública de 20 millones de pesos- se promueve como un replanteo de sus acciones contrarias a la vida democrática; virando hacia la institucionalidad porque, sin duda, la imagen política de este gobierno municipal ha salido muy golpeada.
La forma que eligieron para cambiar esta postura, es a través del acompañamiento a un reclamo histórico de la oposición, como lo es el acceso al RAFAM, el cual está garantizado por diferentes normas y que el Departamento Ejecutivo se había negado a cumplirlo. En definitiva, más allá de que el Departamento Ejecutivo pueda seguir rechazando este derecho básico de acceso a la información pública -porque como violó nuestro derecho de concejales incumpliendo la Resolución AG del Honorable Tribunal de Cuentas puede también violar la norma del HCD que se acaba de aprobar por unanimidad-, es importante que todo el oficialismo haya reconocido en el recinto ese derecho al acceso a la información pública y que haya manifestado su voluntad de que dicha norma se cumpla..
Por otro lado, en esta nueva sesión la intervención de un nuevo interlocutor con más dialogo y con más formación política ha generado un mejor clima que aquél que vivimos con el atropello, el abuso y el exceso y la exasperación; propio de un gobierno antidemocrático y autoritario. Espero que este nuevo clima continúe por mucho tiempo para que el HCD sea una herramienta para proponer en lugar de que se convierta en un espacio destinado a la descalificación permanente.