Comenzó en medio de un partido de fútbol. Si, en un picadito entre los chicos del barrio. De pronto se hoyó un tiro, un chico quedó en el suelo y todo se volvió una pesadilla. Principalmente, para las decenas de vecinos que viven en las inmediaciones y de casualidad no se convirtieron en víctimas colaterales del tiroteo.
Al parecer fue un ajuste de cuentas. El autor del disparo quiso ajusticiar a un compañero que se había alejado de la bandita criminal en la que andaban. Bandita que ha sido responsable de numerosos hechos delictivos en el barrio Dignidad y alrededores.
Cuando hablaba con testigos del hecho, con madres, hijos, hermanos, pensaba que la inseguridad puede arrebatarnos lo que más queremos en un segundo. Porque cuando no somos los objetivos directos de un intento de robo o secuestro, podemos llegar a ser víctimas de un altercado entre delincuentes. Gente que vive al margen de la ley, por sus acciones pero también por impericia policial, que no se entromete y deja hacer libremente, para que los que pagamos los impuestos para mantenerla nos hagamos cargo de las consecuencias.
Pero además de la policía, nada de nada de parte de las autoridades. No entiendo cómo se puede estar tan tranquilo, presentando a la ciudad como el resultado de una gestión modelo, cuando en algunos barrios la situación es similar a la que se vivía en el farwest.
Y estamos hablando de barrios que pertenecen a la ciudad de Campana, por si a algunos se les olvida…
Porque cuando recorro la ciudad, visitando lugares postergados, entrevistándome con vecinos disconformes, me doy cuenta que el gobierno tiene un mapa de la ciudad equivocado,que termina en zonas donde en realidad el partido continúa, y realiza obras que en mi opinión no se necesitan con tanta urgencia.
Por ejemplo, la nueva sede de la Biblioteca Municipal. Nadie dice que la educación y el desarrollo cultural de Campana no sean importante y no deban ser ponderados. Pero en vistas del panorama actual en materia de seguridad ciudadana, estamos complicados si anteponemos la creación de un fastuosos -y costoso- edificio a la protección inmediata de la vida de los vecinos. Porque, insisto, ahora no solo tenemos que esperar no ser objetivos directos de un crimen; tenemos que andar con cuidado, o simplemente tener la suerte, de no caer abatidos por una disputa entre los delincuentes que asolan cada rincón de nuestra querida Campana.
Lo que se necesita para terminar con esto es CORAJE Y DECISIÓN. Coraje para hacerles frente a los delincuentes; decisión para colocar a todas las fuerzas judiciales y de seguridad tras las banditas que hoy tienen de rehén la esperanza de todos los campanenses de volver a vivir en la Campana que conocían.
Mañana, en "Primero Campana, Primero los Vecinos", trataremos este y más temas, como el basural en la calle Ricardo Rojas; agua intomable en el barrio Lubo; y la necesidad de actuar sobre la circulación de camiones desde el puerto hasta la rotonda de Mc Donald´s, un proyecto siempre postergado.
Hasta la semana que viene. Un fuerte abrazo.
Carlos Cazador
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