¿Qué harías vos, padre o madre de familia, si estás trabajando y recibís un llamado en medio de la noche, diciéndote que están por entrar a robar a tu casa donde duermen tus hijos? La pregunta tiene una obvia respuesta: salís corriendo para el lugar a impedir que le hagan daño a lo que más querés en el mundo. Exactamente lo que hizo nuestro vecino Alejandro Racovsky el miércoles pasado en el barrio Vitramu II. Dejó todo y salió a defender a su familia.
Hoy, Alejandro se recupera de dos disparos en el abdomen que le propició uno de los delincuentes cuando lo encontró in fraganti intentando meterse en su hogar…
Estos son los tiempos que nos tocan vivir, queridos vecinos. Pero por más grave que esté la situación no podemos quedarnos quietos a contemplar cómo nos arrebatan nuestro modo de vida. TENEMOS QUE ACTUAR. LA INTENDENTE TIENE QUE HACER ALGO.
Basta de echarle la culpa a la Justicia. Estamos cansados de oír decir que en realidad los principales responsables son los fiscales, que liberan a los delincuentes enseguida. ¿Hay que corregir esto? Pero por supuesto. Sin embargo, en vistas del terrible panorama actual, es mucho lo que se puede hacer prescindiendo de si los demás hacen o no su trabajo como corresponde.
Plata hay, no digan que no. Los casi 9 millones de pesos puestos en la faraónica obra del Nuevo Centro Cultural del Parque Urbano bien podían haberse dirigido a la lucha contra la inseguridad. No tenemos por qué esperar más y tener que llegar al extremo de una guerra, como pasa por ejemplo en las favelas de Brasil. Hay que tener un poquito de mentalidad de estadista, un poquito nada más, para darse cuenta que la solución inmediata es la PREVENCIÓN. Y se previene invirtiendo dinero en más y mejores fuerzas de seguridad.
Con esos 9 millones podríamos haberle pagado horas cores a policías en servicio, para que se sumaran a los patrullajes del CIMOPU, hoy una fuerza más testimonial que otra cosa. También, podríamos haber contratado a policías retirados para que potenciaran el funcionamiento de los sistemas de seguridad locales. O haber puesto en valor los recursos materiales con que cuentan las fuerzas de seguridad: móviles, equipos de vigilancia, comunicación, etc.
Por otra parte, esos 9 millones de pesos -la cifra la estoy repitiendo intencionalmente- bien pudieron ser parte de la solución contra la inseguridad a largo plazo: la EDUCACIÓN. Pero verdadera educación de calidad, no ladrillos. Esa que en unos años nos lleve a desmantelar la ecuación: chicos en la calle + drogadicción = delincuencia.
En la columna anterior, yo expuse mi plan de gobierno en esta materia. Primero, aumentaría considerablemente los fondos con que hoy cuentan los comedores escolares, tan abandonados por la administración de Scioli. Un chico que no se alimenta como corresponde es un chico que no puede aprender.
Segundo, promovería activamente la doble escolaridad en las escuelas de Campana. Si no es posible, al menos dos horas extras a contraturno. Hoy, las áreas de conocimiento son tan amplias y abarcan tanto contenido, que la escolaridad simple debe ser superada. Además, en la era de la hiperconexión, se necesitan otras herramientas pedagógicas para llegarle a las nuevas generaciones. Cuatro o cinco horas en el aula no son suficientes para formar al ciudadano del mañana.
Finalmente, expuse el domingo pasado el poder inclusivo que tiene el deporte. Propongo en este sentido estimular activamente la práctica deportiva, en especial la de aquellos deportes no profesionales o amateurs en la República Argentina. El deporte no solamente desarrolla un cuerpo sano y fortalece la mente: también representa una carrera para muchos chicos, igualando oportunidades. El Estado entonces debe aprovechar estas condiciones y estructurarlas en un plan consciente y sistemático que saque a los chicos de la calle y los coloque en la senda del esfuerzo, la superación y la camaradería.
Estas tres ideas que propongo no son nada del otro mundo. Son planes sencillos, sin grandes vueltas, que persiguen un objetivo claro: que ningún campanense se quede afuera del futuro de esta ciudad. Porque es precisamente ahí, en el margen, donde se gestan los peligros que el miércoles enfrento Alejandro y que mañana nos pueden tocar a cualquiera de nosotros.
Nos vemos mañana a las 22 hs en la pantalla de Canal 15 Cablevisión, para "Primero Campana, Primero los Vecinos".
Un fuerte abrazo,
Carlos Cazador
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