Si hay un ámbito representativo del espíritu porteño, ese es, sin dudas el del cafe sitio de amigos y discusion, de política y de futbol, de tangos, amores y desamores, el café que tuvo su apogeo en la década del ´30, permanece en el recuerdo de los nostalgiosos, en una esquina de Campana que tenía en la planta baja a ese café-bar y en el primer piso la escuela Sierra de Son Santiago Martinez, lugar de reunión de los fundadores del Círculo de Periodistas de nuestra ciudad y enfrente como si esto fuera poco, esa esquina que fue historia pasada de la adolescencia de Enrique Mario Francini y Hector "Chupita" Stamponi.
Vandiol, el dueño de la también desaparecida farmacia, era alumno de piano y amigo del querido Chupita. Con la barra se juntaba todas las tardes despues del colegio. En ese barrio de la calle Real, cuna del buen tango, el bar y el café.
En el último mes de diciembre de 1996 hector "Chupita" Stamponi, se reencontró otra vez con su querido Campana Boat Club. Aquella tarde fue inolvidable. La banda de música sonando a todo pulmón, el río dorado de sol, fue testigo de plaquetas conmemorativas y entrega de títulos honoríficos y luego una larga noche de tangos y valores ciudadanos.
Hector Stamponi volvía a su tierra natal, para festejar sus 80 años recorriendo los lugares del pasado antes de desembocar en la plaza Eduardo Costa, en un homenaje que le organizara su gente, anticipándose a su cumpleaños. El notable músico, pianista, compositor, director, se quedó ese día mirando un momento el Paraná de las palmas. Es el río que, entre los 12 y 19 años, recorrió a remo cada día como parte de la tripulación de Los Chupitegui, un equipo de remo que debía su título a la costumbre de conducir lo que Stamponi definió como "simulacros de entrenamiento" con arados bien regados. Stamponi era el timonel de la tripulación (al timonel se lo busca como al jockey: menudo, livianito) y por eso siguió siendo siempre Chupita.
El compositor de Quedemonos aquí. Pedacito de cielo. El último café; solía venir seguido a su suelo de orígen, como en aquella noche del club Esso, cuando fue distinguido con el Triunfo de ese año por el Círculo de Periodistas de Campana, en mérito a su trayectoria. Junto a él fue un placer recordar en aquel pasado su época de remero en el Campana Boat Club. Glorialdo su sobrino, siguió el mismo camino, el de la sana competencia en el remo, en el mismo CBC en el año 1957/58 y luego disfrutó en su tiempo de sus clásicas melodías en el piano, y dió con un grupo de amigos un afectivo aporte a la cultura por medio de Musicam.
Hector Stamponi, tendrá hoy un nuevo y merecido homenaje en la Plazoleta ubicada en Avda. Rocca y calle Guemes (ayer farmacia Vandiol) en donde se reinstalará una placa que en reconocimiento a la trayectoria se colocara en este mismo sitio en diciembre de 1996.