En el artículo anterior vimos que la verdadera felicidad consiste en amar a Dios, cumplir con Su Palabra, tener a Cristo en el corazón como Señor y Salvador y así poder gozar de una preciosa comunión con Dios.
Vivir esta experiencia trae a nuestra vida la seguridad del amor de Dios, de su cuidado y protección y lo que tiene reservado para nosotros en el cielo, la vida eterna,
Esta seguridad expresa David en el salmo 23, que dice; "El Señor es mi pastor, nada me falta" somos ovejas del rebaño de Dios y Él nos guía, nos protege y provee.
"En verdes praderas me hace descansar, y a las aguas tranquilas me conduce"
Así es el buen Pastor, que muestra una fidelidad inquebrantable para con nosotros.
"Me da nuevas fuerzas y me lleva por los caminos rectos, haciendo honor a su nombre"
Solamente con las fuerzas que da el Señor, podemos atravesar las contingencias que nos presenta la vida, y esto también nos permite andar por caminos correctos de honestidad y hacer honor al Dios incomparable.
"Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque Tu, Señor, estás conmigo, tu vara y tu bastón me inspiran confianza".
Que hermoso es poder confiar ciegamente en Su aliento y cuidado.
"Me has preparado un banquete ante los ojos de mis enemigos"
Tendiste ante mí, una mesa, símbolo de invitación, hospitalidad, solidaridad y alianza.
"Has vertido perfume en mi cabeza y has llenado mi copa a rebosar"
El hecho de derramar perfume sobre un huésped era signo de amistad y hospitalidad, la copa llena significa que Dios da y abundantemente.
"Tu bondad y tu amor me acompañan a lo largo de mis días, y en tu casa yo Señor por siempre viviré"
Dios es amoroso, fiel, que da la paz, felicidad y vida eterna.
Toda esta experiencia puede ser tuya si aceptas a Jesús como tu salvador personal.
Busca una iglesia que enseñe de Cristo y La Palabra de DIOS. "La Biblia"
¡Hasta la próxima semana! ¡Dios te bendiga! Roberto Morales
Rivadavia 447 - Campana - Tel. 427296 - 437492 - luisgurodas@yahoo.com.ar