Por Mariano Raineri / integrante de la Mesa Política Abella 2015
No había terminado el escrutinio y muchos ya hablaban de una derrota o de un ocaso del partido ganador, que seguirá gobernando por 4 años una de las ciudades más importante del continente. Y avizoraban una caída estrepitosa de su pre-candidato a presidente a manos de deslucidos espacios opositores aunque oficialistas.
La realidad nos demuestra que esas afirmaciones solo pueden llegar de improvisados analistas políticos o de malintencionados operadores políticos. Cualquiera de los dos extremos, entiendo, yerran en el análisis, como lo hicieron en su momento ante los resultados de Santa Fe. Es que Si bien parece escaso un triunfo por un 3.3%, debemos recordar que se trató de un ballotage, con una importante merma en la participación de electores respecto de su media histórica, y donde muchos espacios resultaron ser funcionales a quienes dicen enfrentar.
Acercándonos a los nombres propios, encontramos que del lado del derrotado espacio ECO aparecen como acompañantes representantes del muchos espacios políticos, que sorprendentemente dicen estar enfrentados a nivel nacional, entre ellos el FPV. Es que de no haber concurrido la gran mayoría de los votos del FPV hubiese sido imposible que el espacio ECO sobrepasase los 35 puntos, y este espacio llego a los 48. En este sentido el FPV, recordando que quedo fuera del ballotage al salir tercero en las generales del 5 de Julio, necesitaba calmar las aguas internas y el nerviosismo reinante en su seno por la creciente intención de voto de quien aparece como principal opositor, y encontró una puerta poco convencional que era apoyar al único candidato directo que podía dejar en Jaque a su principal rival.
La suerte no fue la esperada, dado que el representante del PRO logro triunfar quedando así fortalecido tanto el cómo su pre candidato a presidente, porque logro triunfar contra el voto de ECO, y sus aliados tácitos, FPV, FR, Progresistas, UCR, y otros. Lejos de un ocaso, la correcta lectura debe ser que las acciones del FPV, y demás sectores funcionales a este último, en pos de atacar y debilitar a su principal rival, no resultaron como los oficialistas esperaban, y más allá que expresen abiertamente su "alegría" por el triunfo con poco margen del PRO – algo no muy entendible dado que al fin y al cabo lograron seguir en la gestión -, el nerviosismo se está transformando en una ola naranja, sin olvidar que hoy el PRO se aseguró un piso electoral presidencial en CABA de más del 50% del electorado, y el FPV rifo su capital para ponerlos en manos de otro opositor que, podría terminar confluyendo en el mismo candidato opositor.
