Una clasista, vertical y restringida en contraposición a otra libre, horizontal y abierta. En este cuarto artículo de la serie analizamos dos redes sociales cuyas diferencias son abismales, lo que nos conducirá por una serie de abstracciones muy interesantes
Imaginemos que estamos creando un modelo digital que representará exactamente a la realidad, es decir a la sociedad de hoy, en particular en cuanto a las formas de interacción, las distintas zonas de influencia y el modo en que fluirá la información. Nuestra tarea de crear un fiel reflejo de la sociedad nos obliga a diagramar toda una estructura vertical, donde existen de forma muy delineada unos sectores proveedores a modo de negocios y empresas, personajes destacados del espectáculo u otros sectores, instituciones, medios, personalidades de la política y otras páginas a las cuales adherir; por otra parte unos grupos cerrados de personas y unos grupos abiertos al público en general, además de las personas o usuarios que van formando también círculos de amistades personales a medida que aceptan o rechazan a otros como amigos o contactos, cada uno a su criterio; a su vez cada usuario uniéndose a los grupos mencionados, y eligiendo además por simpatía o por interés personal a unas u otras páginas de fans como las mencionadas, creando en definitiva toda una estructura sectorizada y vertical, en la cual la información fluye en cada círculo de forma muy controlada no solo por la propia estructura sino por cierta decisión en cuanto al comportamiento, por parte del poder central que gestiona el modelo digital, poder central que a su vez exige un peaje, a pagar con dinero, a todo aquel proveedor que desee llegar con su información a los perfiles de las personas, los grupos abiertos y grupos cerrados o a los distintos círculos de amistades, entre otras enormes y sofisticadas clasificaciones mediante las cuales se ofrece a estos proveedores interesados en difundir sus productos y servicios, un control absoluto acerca del target, o público objetivo, donde desean llegar, siempre a cambio de un abono en favor de la empresa administradora de la red. En ese contexto la información se encuentra restringida a esta maraña de círculos cerrados y aceptaciones arbitrarias por lo cual no fluye libremente, sino ajustándose a un modelo "clasista", vertical, y de círculos cerrados muy delineados.
El modelo digital descripto en el párrafo anterior existe, y se trata de la red social con mayor cantidad de usuarios en la actualidad, Facebook, cuya estructura evidentemente no es de ningún modo disruptiva sino por el contrario viene a reflejar exactamente la estructura de la sociedad del mundo físico, al menos en la mayoría de los países de cultura occidental. Demás está decir que una "transformación digital", orientada hacia este modelo descripto no hará otra cosa que mantener las viejas estructuras, y en todo caso no producirá innovaciones, ni disrupciones, sino por el contrario viene a conservar viejos modelos verticales, con la información restringida por círculos, y con peajes de todo tipo. Si bien evidentemente se trata de un modelo "sustentable" económicamente hablando, siendo la red social en cuestión una de las pocas que ha logrado una rentabilidad aceptable para los inversores, no significa de ninguna manera ésto último una justificación que lleve a optar por este modelo digital de flujo restringido de la información, siendo que las nuevas ciudades digitales e inteligentes obligan a la transparencia, el gobierno horizontal, y la apertura de los datos; tal como venimos afirmando en las distintas notas de esta serie.
Innovación y disrupción
Imaginemos ahora que nuestro propósito es crear un modelo digital que no venga a emular la estructura de la sociedad occidental actual, sino que, por el contrario, sea totalmente diferente, procurando en muchos aspectos cierta disrupción, término que refiere a una interferencia al modelo existente produciendo gradualmente cambios estructurales con basamentos casi filosóficos. Embarcados en nuestro proyecto, avanzaremos entonces creando una estructura extremadamente simple, donde cada usuario pueda ser a la vez, sine qua non, cualquiera de las siguientes figuras en forma totalmente indistinta, léase una persona o individuo privado, una empresa, un negocio, un profesional, un medio digital, un programa o un canal de TV, un artista, un grupo musical, un político, un funcionario de gobierno, un presidente, una institución de cualquier tipo, un gobierno o Estado, un museo, un edificio histórico, o inclusive llegando a figuras no humanas, en el sentido de que pudieran existir perfiles que representen a un animal doméstico, o un perfil que posea funciones robotizadas como por ejemplo emitir la hora, el clima, el estado del tránsito, etc.
Todos los perfiles serían simplemente iguales dentro de nuestra estructura, ninguno de ellos poseería atribuciones especiales, excepto una "certificación" que se otorgaría a algunos, cuya función es simplemente asegurar su veracidad, pero insistiremos en que todos sean iguales, sin excepción, de un modo totalmente horizontal. Además, todos recibirían la información en tiempo real y cronológico, acorde a su elección, misma que lograría cada uno en base a "seguir" a los perfiles que desea, pero además, cada usuario podría optar por crear listas, que no necesitará "seguir", sino que simplemente agruparía para observar la actividad, listas que además compartiría públicamente con quien quisiera aprovecharse de su trabajo de selección de la temática específica. Sumaríamos además la posibilidad de clasificar información mediante unas etiquetas (hashtags), en cuyo flujo de información no existiría restricción ni límite alguno, todos, inclusive quienes no estuvieran registrados podrían observar la información agrupada alguna de las etiquetas que a este punto al fluir con gran capacidad colaborativa se transformarían en tendencias indicando hacia dónde corre la conversación dentro del ecosistema. Destacando que no existirían restricciones respecto del flujo de la comunicación entre usuarios, pudiendo fluir ésta en cualquier dirección y que todos los perfiles serían abiertos y públicos, excepto que el propio usuario decida eventualmente restringirlo.
Agregaríamos ciertas funciones, como coleccionar información que a cada uno resulte agradable, e inclusive que, pensando solidariamente en los propios seguidores cada usuario puede re-publicar en su perfil los mensajes de otros, cuestión que se realizaría con solo un click o movimiento en la pantalla. Como si fuera poco, cada usuario podría buscar por palabras claves, o mediante comandos de filtrado especiales, dentro de todo el contenido de la red, empoderando de este modo a cada usuario con la posibilidad de hallar la información que necesite sin restricción alguna, de ningún tipo. El único límite sería entonces la capacidad de cada uno de aprovecharse de esta fantástica y simple herramienta, donde todos serían iguales. Una auténtica emulación de un orden espontáneo. Una estructura horizontal, abierta, libre en cuanto al flujo de la información y por sobre todas las cosas, transparente.
Lo cierto es que todo lo indicado en los párrafos anteriores, que fuera descripto en potencial, o modo condicional, en realidad existe!. Se trata de la red social Twitter, la que personalmente prefiero definir como una plataforma de comunicación abierta, y posee todas las funciones que fueron mencionadas, además de muchas otras funciones o aplicaciones que paradójicamente son posibles valiéndose de los mismos recursos, pero utilizándolos de manera diferente, tal es el caso del uso de APIs, que permite a los desarrolladores crear aplicaciones innovadoras y utilizar los datos generados de las formas menos pensadas, contribuyendo de ese modo a cubrir nuevas necesidades mediante el aprovechamiento y utilización de contados recursos.
Conclusiones
Comenzamos este artículo desafiando al lector con una elección binaria, consistente en dos modelos u opciones totalmente opuestas. Ambas opciones las hemos identificado a esta altura con las dos redes sociales más importantes de la actualidad, estas son: Facebook y Twitter. Continuando entonces con el desafío, por mi parte debo arribar a una conclusión, que podría no ser la misma del lector, en especial de aquel lector que prefiere emular y conservar las estructuras existentes. Para concretar una transformación digital exitosa, de una ciudad como la nuestra que debe comenzar prácticamente desde cero, considero especialmente importante que se comprenda la diferencia entre ambos modelos enfrentados entre si, en particular acerca del flujo libre y abierto de la información, en contraposición al modelo de círculos cerrados y peajes, lo que evidentemente no es recomendable siendo que, como mencioné en una nota anterior, es necesario llegar a una masa crítica de ciudadanos activos, resultado que normalmente es catalizado mediante la participación libre y abierta.
Más concretamente, avanzar hacia la transformación digital obliga a considerar este tipo de cuestiones que subyacen en ambos modelos analizados, en todos los aspectos del proceso, tanto sea en la elección de las herramientas como en las implementaciones, procurando mantener cierta filosofía acorde a la opción binaria que hubo sido elegida.
En tal sentido, un caso concreto de implementación en la web del gobierno local, me ha llevado a plantearme alguna reflexión, se trata de la utilización de formularios para recoger ideas y propuestas de la gente. La reflexión es que, por más valiosas que éstas pudieran resultar una vez recibidas, en caso de que las mismas permanezcan ocultas se estaría desperdiciando un potencial de participación enorme, dado que ninguna otra persona estaría enterada acerca de la propuesta, y por lo tanto no podría aportar mejoras o alternativas a la misma, como normalmente sucede en plataformas de participación abierta.
Considero a toda decisión que determine el tipo de manejo de la información como estratégica, siendo que a partir de ésto se estará construyendo la digitalización. Cada decisión e implementación funciona en un sentido exponencial, ya sea en lo que respecta a un formulario de recepción de información o su contraparte: una plataforma de discusión abierta; como así también el tipo de plataforma que se promociona para conectar a las personas en torno al la gestión de gobierno de la ciudad, y otras decisiones que hacen en definitiva a la impronta o la filosofía que se transmite para motivar a las personas. Se está trabajando directamente sobre la motivación de los individuos, lo que indica que tanto los aciertos como los errores a la hora de elegir uno u otro tipo de implementación, puede llegar a ser exponencial e influir en los resultados de forma determinante, fenómeno que por cierto es propio de lo digital, y generalmente no llega a manifestarse de este modo en entornos más convencionales.
Mario Trila
@MatrixWay