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miércoles, 15/ene/2025 - 08:56
 
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» Este artículo corresponde a la Edición del domingo, 10/ene/2016 de La Auténtica Defensa.

Una visión desde los medios:
En una ciudad moderna e inclusiva deberíamos abordar los temas controvertidos como los negocios, despojados de anquilosados tabúes




Esta quinta nota forma parte de una entrega doble sobre los negocios. Un sector que, esencialmente privado y orientado al rédito económico, suele ser el chivo expiatorio ante circunstancias poco favorables. Se intentará aquí comprometer una actitud diferente.

Al hablar de negocios podríamos incluir desde vendedores en puestos itinerantes hasta grandes corporaciones instaladas en nuestra ciudad, dado que todos sin excepción adhieren a una ecuación que va en busca de un rédito económico en base a una actividad, aunque claramente existe, dentro de ese gran espectro una variedad de estructuras de diferentes tamaños, que pasan por unos corporativos o empresas internacionales, unos sectores con cierta inversión de capital como las pequeñas y medianas empresas, unos proveedores de servicios, unos comerciantes, y aquellos olvidados cuya actividad se ha visto reducida en los últimos años, pero que seguramente estará refloreciendo en esta nueva etapa, a los que podríamos denominar sector dinámico de negocios con inversión de riesgo, o simplemente emprendedores. Es en estos tres últimos sectores de negocios en que nos centraremos en la presente y en la próxima nota de nuestra serie, orientándonos a la posibilidad de transformar ciertos cambios, devenidos en crisis, en oportunidades de negocio.

No es que esté olvidando a los profesionales. Suelo considerar a éstos como proveedores de servicios para toda la estructura estamental, civil y de negocios, se trata de un sector muy importante para toda la actividad de negocios, pero no podemos tratar a la actividad profesional como un negocio, en particular porque éstos suelen gozar de ciertos privilegios, ganados y apuntalados en base a certificaciones que les son otorgadas por instituciones enmarcadas en el Estado, cuestión que les concede no solo dichos privilegios sino además les asegura una sólida clientela, la cual fidelizan con solo desarrollar su actividad eficientemente en el marco establecido, y de un modo previsible.

Negocios y ciudad

Convenimos entonces que el sector de los negocios de una ciudad es aquel comprendido entre servicios, comercios y emprendedores; un sector con gran potencial de dinamismo, no solo por la actividad frenética que existe al darse una interacción entre todos ellos y la sociedad en general, sino también porque -en condiciones normales micro y macro económicas- nacen y mueren nuevos negocios todo el tiempo, fenómeno natural que se da paradójicamente "en salud" y no en estancamiento, es decir que ante situaciones de mayor florecimiento de la economía suelen proliferar mayor cantidad de negocios con inversión de riesgo, quedando algunos naturalmente en el camino. Cuando se da este fenómeno, significa en realidad que existe una certera visión de oportunidades y un alentador clima de negocios, en el cual la innovación y el riesgo se vuelven condiciones necesarias y deseables.

Negocios y trabajo

En éste sector de los nuevos negocios es donde deberían aterrizar todos aquellos que fueron desplazados de trabajos temporales o de una relación de dependencia; al menos cuando finalmente asumen la realidad de que un puesto de trabajo no es un derecho "adquirido" sino más bien un derecho de probabilidad y posibilidad mientras las circunstancias del negocio que subyacen al puesto de trabajo así lo determinen, negocio que depende en realidad de muchas variables puramente económicas y no tanto de presiones político-sindicales. Debería desembarcar en el sector de negocios, especialmente todo aquel desplazado que obtiene una suma importante de indemnización por despido; suma que podría transformarlo en comerciante, proveedor de servicios o emprendedor. El problema que se suscita en éste caso es el mismo de siempre: Se nota la ausencia de la educación precisamente en el momento más crucial, en circunstancias en las cuales la falta de la misma resiente las posibilidades futuras e inclusive va en detrimento del óptimo aprovechamiento de un recurso dado por estas circunstancias.

Solo para ahondar en un tema que está en boga en estos días, generalmente cuando suceden los despidos laborales en el sector privado, suelen pedirle al Gobierno que intervenga para evitar el inminente desenlace. Ahora bien, desde un punto de vista de variables económicas, éste lobby o negociado lo único que podría hacer es retrasar lo inevitable. En tal sentido, lo que debería suceder, a modo de un apoyo verdadero de parte del Gobierno e inclusive como una planificación que permita la antelación a este tipo de crisis, sería la organización de talleres de emprendimiento, escuelas de negocios, asesoramiento para la inversión, rondas de inversores, networking, convenciones y tantas otras actividades que nuclearen no solo a gente que ya cohabita en este dinámico sector, sino también a personas que no hayan incursionado anteriormente en ello, para precisamente activar desde el Gobierno un frente de prevención que permita mantener a las personas informadas en este sentido, inclusive con el objetivo de que vayan creando negocios cuando aún poseen un empleo en relación de dependencia.

Negocios y Gobierno

Es que no se puede pedir al Gobierno, o más aún al Estado, otra cosa que no sea la "educación para la prevención" en lo que hace al ámbito de negocios. De ese modo es que el Gobierno debería apoyar, para transformar una crisis laboral en oportunidades de negocios mediante la educación del ciudadano desempleado o en riesgo laboral. Entendiendo también que las nuevas oportunidades generadas a partir de estos negocios pueden crear puestos de trabajo y autoempleo. Tal vez la primera enseñanza que debería transmitirse en estos cursos para la prevención laboral que me atrevo a imaginar, es que toda actividad está ligada a una cuestión económica, y que no se puede mantener una economía en condición de pérdida, aún cuando existieren reservas de capital, dado que las reservas son exactamente esto que transmite la semántica. Especialmente en situaciones de crisis o incertidumbre no se puede caer en el consumo de reservas de capital solo por evitar ejercer acciones racionales que permitan salvaguardar mayores pérdidas económicas a futuro. Es que generalmente cuando suceden las crisis lo que está en juego no es solo un puesto de trabajo sino probablemente la vida útil del negocio que se ve afectado, solución que en ocasiones pasa por un cambio radical de la actividad, la inversión en maquinaria, robótica u otro tipo de soluciones tecnológicas que vienen a reducir los costes, reinventando en definitiva el producto, cuando no la producción, procurando de ese modo pervivir en el mercado. Este tipo de enseñanza, transmitida sin ideologías, no puede hacer otra cosa sino contribuir a que las personas finalmente entiendan que el sustento o el ingreso en ningún caso puede estar asegurado de por vida en forma automática, sino que cada vez más, en estos tiempos de cambios, alguien debe hacer algo para mantenerlo sustentable, en ocasiones mediante la inversión para reducir costos, cuando no mediante antipáticas reducciones de personal u otras medidas frías, estratégicas y económicamente necesarias. Todo ello si verdaderamente se pretende ejercer esta noble actividad de los negocios con eficacia; lo que en definitiva apunta siempre a la generación de riqueza sine qua non. Valga decir que cualquier otro motivo que pudiera colocarse como meta a un negocio, que no sea la generación de rédito económico, pasa a ser una mera corrección política.

Negocios y educación

Está claro que no se trata solo desde sectores del Estado quienes podrían educar a los ciudadanos afectados o en potencial riesgo de pérdida de trabajo, sino también las empresas a través de las instituciones educativas, quienes podrían promover becas soportadas por deducciones de impuestos, siendo que existen innumerables posibilidades a nivel nacional y provincial; además el Gobierno local podría crear nuevas formas de beneficios impositivos a las empresas que capaciten a empleados en riesgo laboral, incluso que no sea limitado a su planta dado que un mismo curso podría ser aprovechado por muchas personas a la vez aumentando de ese modo el alcance de los recursos. Generalmente sucede que se otorga cierta cantidad de meses de stand by a los empleados, sin producirse en ese lapso ninguna acción que promueva la responsabilidad individual, al menos como una forma preventiva para el caso de que finalmente sean excluidos. Tal vez se piense que ejercer ese acto de educación estaría propiciando la eliminación del puesto de trabajo que se encuentra en disputa, lo que a mi criterio resulta no más que una buena excusa para evitar hacer algo al respecto.

Negocios y medios

Curiosamente los negocios están ligados a los medios. Desde el punto de vista de la difusión y la promoción de productos y servicios ambos mantienen una relación simbiótica donde los primeros proveen gran soporte económico a los segundos a través del uso del recurso de la publicidad, tan importante para la consolidación de los mercados, cuestión que, cuando se realiza eficiente y oportunamente, resulta clave a la hora de sobrellevar una crisis, o inclusive para reactivar las expectativas y el consumo, especialmente en épocas en las que se intenta regresar al clima de negocios perdido durante años de estancamiento de la actividad privada y emprendedora.

Conclusiones

Siendo este artículo más bien una introducción al tema, para dejar sentados ciertos aspectos, como la importancia del sector de los nuevos negocios a la hora de absorber los despidos laborales; en la próxima entrega trataremos el uso de la tecnología y las redes sociales, tanto sea para la promoción de negocios existentes como para favorecer la generación de nuevos emprendimientos, sumado a la opción del autoempleo a través de la tecnología, entre otros temas relacionados sin duda a lo que venimos desarrollando en los distintos artículos sobre la transformación digital, la ciudad inteligente, el big data, el gobierno abierto, y los ciudadanos activos; lo que en definitiva propicia el análisis de esta visión desde un sector como los medios, que mira hacia un cambio prometido que de algún modo se viene dando a nivel de gobierno, cambio que también puede percibirse en ciertos aspectos a nivel de la sociedad, con actitudes abiertas y positivas que por cierto se habían perdido. Una oportunidad sin precedentes que podría ser acompañada definitivamente en esta ocasión por la tecnología; siempre que se vayan cumpliendo ciertas pautas desde el gobierno y otros sectores, como el acceso a la información, la educación, la conectividad a internet, la liberación de datos, y otras condiciones para que el cambio sea verdaderamente aprovechado y no sea un nuevo fracaso que se vea sumado a la vieja lista de crisis en las que no se supo, no se pudo o no se quiso asumir el cambio como una realidad para transformarlo como corresponde, en oportunidades.

Mario Trila / @MatrixWay


 Negocios. Una vision desde los medios

 
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