Lo voy a seguir repitiendo hasta el cansancio: si el Gobierno les pidió un esfuerzo impositivo a los vecinos, ahora tiene que responder con más y mejores servicios. La lógica es sencilla. No podemos seguir haciéndonos los distraídos porque los problemas de la ciudad no dan tregua ni un segundo a sus habitantes. La chance de cambiar a Campana es ahora, el deber corre desde el 10 de diciembre.
Esta semana tuve la oportunidad de recorrer dos barrios postergados en lo que hace a obra pública básica: San Felipe y el sector comprendido por Federal, Héroes de Malvinas y Santa Florentina.
En el primero, lo de siempre: zanjas anegadas con agua podrida que representa un foco de infecciones para las familias y malos olores dentro de las casas, especialmente ahora que se viene acercando el verano. Le pedí vía los medios de comunicación al Gobierno que se ocupe, que mande una cuadrilla de la Secretaría de Obras a destapar las zanjas, y lo voy a repetir en la próxima sesión del HCD con la presentación de proyectos al respecto.
La otra recorrida surgió a raíz de un llamado de la sociedad de fomento "Barrios Amigos". Se trataba de los mismos problemas por los que ya he reclamado en más de una ocasión: una bocacalle intransitable en el barrio Federal, un pozo hondísimo en Malvinas, cuadras anegables debido a la falta de asfalto y las desnivelaciones propias del terreno irregular. A eso, se sumó en la calle Sierra una vereda en pleno desmoronamiento, razón por la cual le volvimos a pedir al Municipio una urgente intervención.
Esta situación no es solo de estos sectores. Para esta semana tengo programadas dos visitas más, así que voy preparando lápiz y papel porque ya sé lo que me espera: que muchos de los inconvenientes, abandonos y malos trabajos de la gestión anterior todavía no tiene solución. Y las condiciones están dadas para traerlas.
Acompañé al Gobierno en la aprobación de la fiscal e impositiva hace apenas tres meses. Lo hice creyendo firmemente en que un intendente nuevo necesita herramientas para gobernar, para poder gestionar de acuerdo a sus objetivos y poder desplegar el plan que tiene pensado para Campana. Ante todo, soy un democrático y sostengo que si a Abella lo votaron los vecinos, entonces tiene que tener la chance de administrar la ciudad sin que los concejales de la oposición le pongamos palos en la rueda de entrada. Sin embargo, el tiempo de gracia se termina. Estamos por cumplir el año con la nueva gestión. Y los problemas de Campana, esos que vienen de antes, siguen estando, por lo que a los esfuerzos hay que redoblarlos.
Un fuerte abrazo y buen finde para todos,
Carlos Cazador
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