El jueves pasado Primero Campana dio una vez más muestras de su independencia política. En las sesión del HCD, acompañé con mi voto dos pedidos de insistencia legislativa a proyectos vetados por el intendente Abella. Lo hice porque creí -y lo sigo haciendo- que ambas medidas son importantes para los vecinos de Campana, que en definitiva son los únicos a los que me debo.
Porque yo no tengo compromiso ni con Cambiemos ni con ningún otro bloque de la oposición. Eso está clarísimo.
La primer insistencia giró alrededor del Juzgado de Faltas y la necesidad de que reporte al Concejo Deliberante su accionar y sus estadísticas. El intendente anuló la medida, sancionada por unanimidad, porque dio curso a las objeciones emanadas por el titular del juzgado Nº 2, Mario Griguolo. El magistrado consideraba esto como una intrusión del poder legislativo, algo fuera de lugar que no debía autorizarse. Puras patrañas.
Desde hace tiempo estamos pidiendo que la Justicia deje de ser opaca, que muestre su rostro y responde a la sociedad por lo que hace, tal como el intendente o los concejales debemos hacerlo todos los días. Bajo esta lógica apoyé la insistencia.
Más tarde, el Concejo Deliberante intentó volver a sancionar los cuatro artículos vetados del programa de Noviazgos Violentos, ideado por el presidente de la bancada de Cambiemos, Mariano Raineri. Muchos ediles de la oposición intentaron hacerse pasar por los paladines de la causa de la violencia de género, cuando en realidad se habían opuesto con anterioridad a este programa. De todos los concejales de la oposición presentes el jueves, solo yo había acompañado el proyecto en sus tres presentaciones anteriores en el recinto. Lo que se dice tener coherencia.
Sin embargo, algunos no tienen memoria de sus años avalando a la gestión de Stella Giroldi. En fin, los vecinos lo recuerdan bien. Independientemente de ello, yo creo que los artículos anulados por Abella son el corazón del proyecto de Raineri, los puntos que implementan de manera efectiva los objetivos del programa. Vetar de manera parcial esta ordenanza es en este caso vetarla por completo.
Desde luego, por una cuestión de obediencia debida, el bloque de Cambiemos votó negativamente. Y como se necesitaban los dos tercios del recinto para convalidar las ordenanzas, el intentó no prosperó.
Empero, el intento sirvió para demostrar la autonomía política de nuestro bloque vecinal. También, para dejar en evidencia que, al contrario, muchos van cambiando sus votos de acuerdo a los que le digan sus jefes. Algo que los vecinos supieron y sabrán castigar en las urnas.
Un fuerte abrazo,
Carlos Cazador
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