Creo que con el tema de ABSA se quiere hacer politiquería barata. De un lado y del otro. Porque no se puede sacar de un día para otro a la empresa que nos prevé el agua potable de la ciudad, por más horrible que sea su calidad y el servicio que presta. Pero, al mismo tiempo, es necesario definir posiciones y tomarse en serio la tarea de comenzar un proceso hacia su reemplazo.
Lo que se vio esta semana en la comisión de Legislación y en la de Obras Públicas fue, una vez más, una verdadera vergüenza. Pero más impotencia me dio ver a muchos que por años bajaron la cabeza ante el problema, hacerse los paladines de la justicia en Campana. Esos no pueden hablar: algunos convalidaron la privatización del agua en tiempos de Dellepiane, otro en la gestión de Giroldi. Son co-responsables del desastre infraestructural y sanitario que vivimos hoy. ¿Alguien puede seguir confiando en sus palabras?
Al mismo tiempo, un sector de ínfima representación vecinal autodenominado "Multisectorial" viene a agredir a los concejales, a querer pasar por encima de su investidura popular, para digitar lo que debemos y no debemos hacer. Una cosa nunca antes vista. Si quieren llevar agua para su molino, que se presenten en las elecciones y hagan campaña. Que no vengan a atacar a los ediles elegidos por el pueblo, que sabemos muy bien lo que tenemos que hacer. Bueno, al menos yo…
Porque creo, repito una vez más, que el agua de Campana tiene que estar en manos de los vecinos de Campana. Después la figura jurídica podemos discutirla. Desde Primero Campana siempre hemos tenido la convicción que un servicio tan vital como el agua y las cloacas deben estar en manos del Estado Municipal, entidad garante de su distribución y preservación. Es un desafío que hay que asumir. Para ello, hay que buscar asesoramiento técnico, desarrollar un plan de negocios y administrar de manera eficiente y transparente. Algo que creo los campanenses podemos hacer muy bien.
Si la opción que toma el Ejecutivo es re-privatizarla, existen varias empresas con experiencia en la prestación de un servicio de calidad. Copecel, de Exaltación de la Cruz, es una. Después está el tema de la tarifa, otro punto de rispidez. Aunque debemos reconocer que para poner a punto un servicio destruido, tenemos que estar dispuestos a pagar un precio relativamente alto, al menos al principio de la nueva gestión.
Finalmente, quiero referirme a las palabras del intendente Abella sobre la calidad del agua potable en la ciudad. Creo que se equivocó. No porque no tenga razón, sino en el momento para hacer estas declaraciones. Me parece que no era necesario añadir nafta al fuego. Consideró que lo hizo para mostrar su compromiso y preocupación por el tema: el más que nadie en la ciudad debe ser el primero que quiere pegarle una patada a ABSA. Pero como administrador tiene responsabilidades y una de ellas es garantizarles el suministro de agua a los vecinos todos los días del año. Es inimaginable una cancelación abrupta con ABSA y barrios enteros sin agua en pleno enero.
Primero Campana siempre tuvo una posición definida sobre el tema. Y Carlos Cazador también. Los que se dieron vuelta, tendrán que justificarlos. A nosotros solo nos queda seguir haciendo lo de siempre: defender los intereses de los vecinos de Campana.
Un fuerte abrazo,
Carlos Cazador