Camino por el Parque Urbano Ing. Roberto Rocca, en la desapacible tarde de invierno. Algunos pequeños se animan a estar en el lugar reservado para sus juegos. Otros más grandes, corren detrás de una pelota en un sector donde el pasto muestra su dolor; primero por aquella nieve que nos sorprendió a todos y luego a causa de las reiteradas heladas.
Y en un momento me detengo en ese espacio de terreno y recuerdo el club Campana Orilla pasando a Primera, dentro del campeonato oficial de la Liga Campanense.
Aquí mismo, en 1955, a cinco meses de la inauguración del Estadio Municipal, cuando en el sistema táctico no existía el "doble cinco", pero en cambio había un jugador que lucía el cinco en sus espaldas y valía para sus compañeros un diez; este ex futbolista al que todos le decían con cariño "El Colorado", apodo que lo sigue acompañando desde aquellos años con su hermosa juventud cuando disponíamos de más tiempo para la clásica reunión de amigos; empezó a gravitar más y más en el esquema del equipo con actuaciones que rápidamente posaron las miradas sobre él. Las de los hinchas y los rivales. Fue el eje en el cual se movió en la cancha el dueño de la merecida vuelta olímpica.
Aquel triunfo en la final ante el Club Plaza Italia por 4 a 1, fue en su trayectoria deportiva un recuerdo imborrable. Se siente feliz cuando de memoria menciona a cada uno de los componentes de aquel logro destacado: Juan Luque, Angel Peila y Osvaldo Schiavi; Antonio Maia, él como volante central y Armando Maceira; Roberto Maceira, Alberto "Gogo" Novoa, Juan Carlos Bellanguer, Alcibiades Bueri y Luis "Meco" Alvarez.
En realidad fue aquella fecha una jornada magnífica, en un marco imponente. Así lo señala la recaudación record de $ 3.523 (de la época). Ello demuestra el interés que nuestros aficionados tenían para asistir a un certamen que reunía a 16 clubes afiliados. Y por eso existía 1ra. A y 1ra. B, con los respectivos ascensos y descensos.
En el mes de diciembre de 2005, la gente de Campana Orilla vivió en la sede social del Club América, un almuerzo en homenaje al desaparecido club.
Se notó en las caras de cada uno de los que se dieron cita, que el sentimiento era genuino. No hubo abrazos de compromiso, sino de puro afecto. El recuerdo los emocionó y los envolvió. Y una muestra cabal de lo que les señalo fue en aquel momento el rostro de José "Colorado" Fernández, cuando las lágrimas aparecían en sus ojos al ver convertido en realidad ese viejo sueño de revivir en una reunión como esa, ese pasado de gloria.
Yo muchas veces señalé que el deporte es el que nos conmueve de moción y angustia hasta la propia intimidad de ese ser humano que somos. Y esto eso fue una muestra evidente.
Campana Orilla, forma parte como muchos otros clubes de la importante historia del fútbol de nuestro medio.
En el año 1917, ya lucía la casaca de "Los loros" un crack como lo fue el "Flaco" Juan C. Vigna. Cuantos años de presencia en diferentes escenarios de la ciudad. Aquel campo Municipal donde Vigna mostraba su habilidad de buen delantero. Después la cancha de Independiente y una final de consagración y despedida en lo que fue nuestro último estadio Municipal.
Si. Allí donde en la tarde sabatina vos "Colorado" lo diste todo sin pedir nada. A puro amateurismo, transpiraste con orgullo esa divisa verde y roja, a rayas verticales. La única que se vio en su diseño en nuestra zona. Como no comprender aquel final, cuando junto a los demás muchachos te uniste en un abrazo prolongado. El sueño que tanto anhelaste se había hecho realidad.
Ya pasaron años. Para muchos toda una vida. Pero en el recuerdo se mantiene fresco aquellos pasajes de nuestro recorrido por este mundo, que son verdaderamente inolvidables desde lo deportivo y desde lo humano.
(NdE: Esta nota fue escrita en agosto de 2007, y repetida a pedido de algunos de los integrantes del equipo campeón; en homenaje a los que están y a los que partieron.)