Esta semana fui citado a declarar por la doctora Amoretti, fiscal de la Justicia local. La causa: los incidentes que se registraron el pasado 23 de diciembre en el HCD. Y no tuve pelos en la lengua: dije lo que vi y lo que consideró que pasó, un hecho vergonzoso para nuestra democracia y las instituciones de la ciudad.
Porque lo que a mí más me da pena es la falta de respeto a una autoridad elegida por el pueblo. Por vos. Que me puedan llegar a insultar a mí, vaya y pase. Esto más que acostumbrado a la intolerancia. Pero que atenten contra el funcionamiento del Honorable Concejo Deliberante, la entidad democrática y participativa por excelencia de los tres poderes del Estado, constituye un acto para repudiar y denunciar ante Ley.
Porque -y me sorprende que tenga que recordárselos -hubo una época oscura de nuestra historia en donde el HCD no podía funcionar, en donde las decisiones que se tomaban obedecían a la voluntad de un puñado de personas sin ninguna legitimidad, y a menudo en contra de la vida misma de los ciudadanos.
¿Qué acaso no tienen memoria?
Los años de la dictadura militar tienen que ayudarnos a recordar los terribles crímenes contra la humanidad para evitar que a alguien -o a algunos- se le vuelva a ocurrir intentar cometerlos. Pero también debe fomentar y apuntalar el respecto por las instituciones democráticas, y por los representantes elegidos por el voto popular. Me pueden gustar o no, puedo coincidir con su agenda mucho o poco: pero los eligieron mis conciudadanos, que utilizaron el voto para manifestar su voluntad. Punto.
Lamentablemente esto se pasa por alto y la necesidad de ganar notoriedad en los medios, de hacer política solo por la actividad misma, produce que estos grupúsculos se alteren y alteren todo a su alrededor. Por desgracia, esta vez le tocó a una sesión del HCD.
Por potra parte, y sobre el tema particular por el cual reclamaban, debieran hacer una salvedad. ¿Se olvidan de cuál era el único concejal de los presentes que siempre se opuso al desembarco de una empresa privada al frente del servicio de agua y cloacas en Campana? ¿O a la trayectoria y a la coherencia les hacen la vista gorda?
Reclamar, si. Peticionar antes las autoridades, desde luego. Pero hay que ser justos y no esconder su incredulidad o mala intención detrás de gritos e insultos. No todos somos los mismos. Vaya que no: quienes callaron en su momento por años, apoyando por acción u omisión la continuidad de ABSA, hoy se presentan como los defensores del pueblo. Nada más patético que la conveniencia discursiva.
Quiero finalizar pidiéndote a vos que tengas memoria. Que recuerdes quién estuvo y quién está. Puede que, en tu visión, no sea yo. Entonces reclamámelo y en las próximas elecciones vota a quien mejor te represente. A quien no te defraude. A el que te tenga como su único compromiso.
Un fuerte abrazo.
Carlos Cazador
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