Ayer los concejales tuvimos la oportunidad de escuchar el discurso de Apertura de Sesiones Ordinarias hecho por el intendente Abella. A decir verdad, me gratificaron varios puntos, que iré señalando a continuación.
Para comenzar, me sentí orgulloso cuando repasó las obras realizadas en los barrios San Cayetano y Las Praderas, llegando a asegurar que ya no se trata de sectores "olvidados" de nuestra ciudad porque ahora cuentan con el apoyo de su municipio. Esto, además de ser cierto, es reconfortante: durante todo el año respaldé las iniciativas destinadas a prevenir las inundaciones -como la emergencia hidráulica-, y ahora me demuestran que no me equivoqué. En tanto, en Las Praderas, ¿cuántas veces me viste reclamando por la pavimentación del acceso? Algo que el año pasado dejó de ser un anhelo para convertirse en el día a día de los vecinos del lugar.
No me quiero olvidar de obras que se llevarán a cabo en otros barrios, trabajos que necesitan y con urgencia. El asfaltado de las calles del Federal y Héroes de Malvinas era un anuncio que queríamos ver confirmado. Dialogo permanentemente con vecinos de esos sectores y sé que la medida acarreará muchos beneficios, empezando por mejorar la circulación de colectivos, autos y motos.
En materia de seguridad, tal vez el barrio Lubo ha sido el más beneficiado con la llegada del destacamento de la Policía Local. Aquí me gustaría ser precavido y, por una parte, celebrar la descentralización de la fuerza de seguridad, y por la otra advertir que tiene un desafío enorme por delante, debido a la minoría de personas presentes en esa zona de barrios trabajadores que eligen delinquir como modo de vida. Erradicarlos no será una tarea sencilla por más que se los tenga a pocos metros de distancia.
La re-pavimentación de las avenidas Varela y Dellepiane será otro hito. Creo así que muchas de las quejas que recibimos a diario en nuestro bloque desaparecerán, porque están vinculadas a la cuestión del ingreso a la ciudad y los baches que rompen el auto, producidos por la indebida circulación de colectivos por el casco urbano de Campana. Ese ese sentido, las estaciones de transferencias que se tramitan ante Nación vendrían a solucionar de una vez esa problemática, aunque sabemos que el fin de nuestros padeceres con el transporte público vendrá con la terminación del monopolio de la empresa Chevallier.
Por último, creo también que fue positiva la autocrítica que realizó Abella, cuando afirmó que el primer año fue de apredizaje y que este va a ser el de despegue. Era natural que en el 2016, con mucho para corregir y todo por hacer, se cometieran equivocaciones. Pero el tiempo de los reparos, de los atenuantes, se agotó. Ahora es el momento de dar las respuestas prometidas. Se han dado pasos importantísimos, más no los suficientes.
Ayer lo que se vivió en el HCD fue la confirmación de un rumbo. El del cambio. Saber si llegamos a la meta es cuestión de tiempo, de bastante tiempo para ser sinceros. De lo que si podemos regocijarnos es de que la democracia inició un nuevo ciclo. El Honorable Concejo Deliberante dejó inaugurada sus sesiones ordinarias y se prepara para un año de intenso de trabajo para y por los vecinos de Campana. Y ese ya es un objetivo cumplido por todos los campaneses.
Un fuerte abrazo,
Carlos Cazador
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