El lunes se aprobó la Rendición de Cuentas 2016. Se trata de la primera que presenta el Gobierno de Abella desde que asumió el poder allá por diciembre de 2015, pintándonos el panorama de cómo evolucionaron las arcas municipales desde que se hizo cargo de ellas hasta el cierre contable del año pasado.
No voy acá a repetir las fundamentaciones de mi voto positivo que realicé oportunamente el lunes durante la sesión especial. Quiero si recordar una síntesis de mi discurso que, creo, resume el espíritu de mi postura: no era la mejor rendición que se podría haber hecho, le faltó prolijidad y claridad; pero de ninguna manera estaba en condiciones políticas –y creo que tampoco técnicas- como para ser desaprobada, como lo entendió la oposición.
La Rendición de Cuentas, el Presupuesto y los aumentos impositivos a través de las ordenanzas Fiscal e Impositiva son las tres herramientas primordiales que tiene cualquier Gobierno. Cambiemos asumió hace apenas un año y medio pero a los bloques disidentes poco les importa este dato: se han empeñado en obstruir uno tras otros los instrumentos de la nueva gestión, como si el voto de los vecinos de Campana careciera de legitimidad. Les recuerdo, inter-bloque opositor, que los ciudadanos eligieron a Abella para gobernar y a ustedes no para criticar y destruir sino para proponer y construir. Me parece que este designio todavía les cuesta entenderlo.
Primero Campana, no obstante, lo tiene bien claro. Aun siendo radical lo tenía yo bien claro. Cuando Varela ocupó la intendencia en el ´95, acompañé sus proyectos más importantes por un tiempo considerable porque tenía la firme convicción que al flamante intendente había que ayudarlo, más en medio de una crisis pesada como la que tuvo que enfrentar. Entonces, ¿por qué iba a adoptar una actitud diferente para con Abella?
Eso se llama coherencia. A pesar de que ambos episodios estaban separados por veinte años, Primero Campana sigue actuando de la misma manera. Nosotros resistimos archivo.
Otra reflexión: ¿qué pensarías de mí si yo fuese un crítico acérrimo del intendente, cuando en el 2013 compartimos lista y llevamos al Frente Renovador a la victoria? Habría dado vuelta mi pensamiento 180 grados, sería un panqueque. No, a Abella y a mí no nos separa un abismo ideológico. Pensamos similar en materia de seguridad, por ejemplo. Sin dudas, tenemos diferencias en otros aspectos, pero compartimos visiones y preocupaciones parecidas.
Ahora bien: hay algunos que fueron colgados de Abella en el 2015 (¡en el 2015!), que fueron sus aliados en los primeros meses de su gestión, y hoy lo quieren colgar en la plaza de la opinión pública como el peor intendente de la historia de la ciudad. Son unos caraduras. A veces me pregunto si piensan que la gente no tiene memoria o si les da igual, porque a fin de cuentas solo buscan hacer prevalecer sus intereses políticos.
Yo tengo un único compromiso: mis vecinos, vos. A partir de ahí, hacemos políticas en la dirección que creemos es la mejor para la ciudad. Si nuestro camino se cruza con el de otras fuerzas políticas, trataremos de potenciarnos sin perder nuestra identidad, que en el fondo es lo que perdura y por lo que nos reconocerán.
Un fuerte abrazo,
Carlos Cazador
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