Erich Fromm decía que el amor es un arte. Para Chico Buarque, era el infierno bendecido por Dios.Para el cristianismo, es el otro. Para el budismo, el todo. Y para cada uno de nosotros,¿ qué es el amor? Desde la visión mística el amor es energía, la fuerza promotora de la vida. Nadie viene a nuestras vidas por casualidad, todo se entrama de una manera integradora. No hay amores incorrectos, todo amor es maestría. Cómo lo atravesamos, de la manera cómo lo experimentamos, depende de nuestro libre albedrío, pero la emoción, el sentimiento que despierta cada célula de nuestro cuerpo y nos eleva a la cima de las montañas, sólo puede hacernos bien.
El amor no daña, no piensa mal, no envidia ni compite. Mucho más lindo lo dijo Saulo, quién se convirtió tras la caída de su caballo en el apóstol Pablo . Querer a alguien desde lo más hondo de nuestro ser sólo puede traer dicha al mundo. Son las convenciones sociales, el protocolo y los entreveros los que suben o bajan el pulgar para permitir la unión entre los seres humanos . Los celos, la posesión, los intereses económicos se agitan ante la presencia del amor, pero ésa no es la jurisdicción que le incumbe... El amor no conoce barreras religiosas, de edad, raza o clase social, ni siquiera de género. Es el oro de los sentimientos, del que más se habla y el que menos se encuentra. Por fortuna, no cotiza en el mercado. En él se centra el misterio del primer mandamiento.
"Amar a Dios sobre todas las cosas y el prójimo como a ti mismo". Toda una vida no bastaría para comprender la totalidad de ésa frase. Si la pusiéramos en práctica, todo sería diferente. No condenaríamos al cincuentón con su hijo en brazos, a la que rehizo su vida con un novio más joven, a la que se embarazó a los dieciocho, a la que dejó todo para irse a un convento,aquél que tuvo familia pero después de años su corazón palpitó por otro hombre, a la tía que amó en silencio al casado y tantas historias que hacen que el mundo siga girando...
Fabiana Daversa. Foto: Alejandra Lopez