Su responsabilidad y su seriedad hicieron de la sobriedad un culto. Con un notable sentido de renunciamiento, no le interesó su lucimiento personal. Fue ejemplo de lo que significa tener conciencia de que solo es una pieza de un mecanismo; necesaria pero no imprescindible, pero con gran criterio de que la falta de una de ellas puede quebrar la dinámica de un conjunto.
Quizás en otros atributos radique el secreto de este ex deportista que un día llegó humildemente desde sus pagos de San Nicolás, donde surgiera nada menos que Enrique Omar Sívori. Y por Villa Dálmine y el fútbol, como tantos otros, luego se radicó en nuestra ciudad.
Su regularidad asombrosa, virtud para destacar, le permitió ser en el ´75 un valor del equipo "Violeta", aquel formidable campeón denominado el "Holanda de la C". Muy bien ordenado en defensa y demoledor en el ataque. En la fecha Nº 33, al Deportivo Riestra le convirtió nada menos que 11 goles: Martínez (4), Oviedo (3), Comisso (2), Morales (1) y Benítez (1).
Pancho siempre recordará con lógica emoción aquel cuestionado estadio de precarias tribunas de madera en Adrogué, colmadas de gente conocida de nuestra querida Campana, en esa tarde del 13 de diciembre, cuando ante el representativo de Brown, al ganar 2 a 0, con tantos de Miguel Benítez a los 55 y 88 minutos, se lograra el campeonato en el partido final.
Pedro Catalano, Quinteros, Mansilla, Commisso, Nanni, Carlos Morales, Pedro Bases, Kerle, Juan A. Martinez, Carlos Vásquez y Miguel Benitez. Un elenco para no olvidar en la historia del fútbol nuestro.
Fue el tercer ascenso, segundo a Primera B, recuperando la categoría que había perdido siete temporadas antes y en la que permaneció ininterrumpidamente hasta 1981.
Quinteros, como en la vida misma, compartió con la casaca "dalminista" momentos de gran alegría y también de mucha amargura, como en esa temporada de 1978, cuando en su final vivió una instancia crucial al jugar ante Lanús por la permanencia en la Primera B en cancha de San Lorenzo.
Finalmente, la felicidad renació para nuestra zona al ganar Dálmine por 2 a 0 con goles de Benítez, el cual se reencontró con la red, ya que en las últimas cinco fechas no había podido convertir ningún gol.
Ese sábado gris del 25 de noviembre en el "Viejo" Gasómetro, éstos fueron los protagonistas: César Robina, Córdoba, Quinteros, Contte y Redondo; Juan Martínez, Carlos Vázquez y Cassinerio; Pedro Bases, Portillo y Miguel Benitez. El DT era Rolando. En el segundo tiempo: Zeballos reemplazó a Portillo.
En tanto, el Lanús de Perassi, Enrique, Moralejo, Attadia y Nigretti, entre otros, vivió el drama de descender a la "C". Este partido fue la despedida de Quinteros, con la divisa "Violeta", como él se merecía y con el orgullo de poder decir "misión cumplida".
En la cancha no se sentía vencido ni siquiera perdiendo. Siempre luchó con armas nobles hasta el final y por eso se supo ganar el aprecio de la hinchada.
En los años siguientes, "Pancho" contempló con nostalgia desde la platea de Villa Dálmine, esas tribunas que en su pasado como deportista, colmadas de público, tantas veces aplaudieron sus jugadas.