Pedro Gatti, Osvaldo Marchisio, Arnaldo Croce, Celestino Flego, Alberto Cesari y Oscar Ader, hicieron un 7 de octubre de 1940, que su hermoso sueño se convirtiera en feliz realidad. Es que fundaron en nuestra ciudad el Club 9 de Julio.
Es donde hoy es la sede del Club San Martín, nació la idea de crear esta nueva entidad. El nombre surgió a pedido del tío Arnaldo, llamado Luis María "Muñeco" Croce, que junto a otro futbolista de real categoría como lo fue "Pigue" Veron, actuaron en un Club llamado 9 de Julio, antes de llegar al Independiente de Campana, campeón del 27. Fue aceptada esa denominación y Luis le dio un lugar en un altillo de su casa, para que tuvieran su primer lugar de reuniones.
Ellos sentían placer, como muchos pibes de esa época por el fútbol. Algunos habían jugado al baby en el gran torneo en "Rivadavia" para San Martín, pero luego los unió otra divisa roja, con vivos blancos en el cuello y los puños.
No hay felicidad más maravillosa que ver crecer a un hijo. Durante más de veinte años, ellos se regocijaron de orgullo por la criatura gestada. También sintieron mucho dolor el día de su desaparición. Es que nuestros "bichos colorados" desplegaron en su vida una meritoria actividad, iniciada con el baby en los clubes Rivadavia, Esso, Ferroviarios y América, para seguir con el fútbol mayor en los Torneos de los barrios en el desaparecido field del Independiente A. Club. En el 51, en ese amplio rectángulo de juegos aparecían para competir estos valores: Abalos, Pasquinelli, Ferreyro, Bastanzo, Marchisio, Godoy, Sartor, Croce, Brignolo, Cabrera y Luraschi.
En el 54, el año de la despedida de la cancha de Juan Jaures y Balcarce, dentro del ámbito de la Liga Campanense: J. Percoco; Hurtado y Fornero, Delicio Nuñez, Montero y Croce, Bastanzo, Brignolo, Barbarini, Bueri y Betanzos.
Luego la llegada al nuevo Estadio Municipal y ahora por el túnel aparecían, en el 56:Héctor Degiovani, Agustín Puccio y Carlos Fornero, Delicio Nuñez, Bernardo Zabala y N. Brignolo, Aron Leyi, Lindolfo Dana, Arnaldo Croce, Cirilo Bueri y Ruffo Fraxanet.
En el 58 se suman a estos colores: Enrique Garrido, Carlitos Agnes, Edgardo Lamolina, Pedro Bogio, Ricardo Muras y entre otros Osvaldo "Mijolo" Garayalde.
Un vertiginoso progreso lo contó con su sede social y ahora sumó otro deporte popular, como lo es el básquet y teniendo su cancha propia en la calle Viamonte y Coletta.
En el 61, el mismo año que se despedía del fútbol, obtenía,en el Torneo oficial de la Asociación Campanense de Básquetbol, en cancha de Carumbé, el Subcampeonato ante Ferroviarios en un excelente encuentro que quedó igualado en el final en 48 tantos y fue necesario ir al alargue en el cual los "aurinegros" se impusieron por 59 a 56- Sergio Herrreros, Ruffo Fraxanet, Cedro, A. Forlani, O. Sayago, E. Castellanos, E. Stecconi y E. Dip, fueron sus dignos representantes.
Su vida deportiva me trae a la memoria interesantes figuras de esa época que pasaron por el Club como: Ronald Nash, los Forlani, Carlos Betanzos, Casoratti, Oriones, Sergio Herreros, Arnaldo Croce, los mellizos Franco, Ruffo Fraxanet, Nelite Marchisio, Comelli, Lopez, Pasquinelli, entre muchos otros.
Yo defendí siempre esos mismos colores me decía Néstor Brignolo. También la lucieron en su momento: Melón, Reggiardo, Massini, Boffa, Martinoli, Noceti, Cuesta, J. Garrido, R. Fischer, R. Rodriguez y a ellos hay para sumarle muchos más.
En el 80, un grupo de amigos como lo muestra la foto se reunieron para festejar los 40 años de su creación, de ese Club de chicos que quiso ser grande.Y por unos años llegó a ser importante. Tuvo sus instalaciones deportivas y su sede. Ganó campeonatos. Jugadores a nivel de selección.
Esa noche la emoción en mucho de ellos, les hizo mostrar ese cariño sin dobleces. Ellos con razón decían en ese momento: "No habrá ninguna igual, no habrá ninguna fiesta como ésta de los "rojos" porque nadie más que nuestra gente sabe todo lo que costó llegar a hacer realidad este sentimiento, auténtico y pasional".
Y es verdad. Con frío y con calor. Con lluvia y con sol. El Club 9 de Julio, fue un grito apasionado en los campos deportivos. Hoy tiene bien ganado su lugarcito en la historia campanense, y además un barrio extraña su ausencia.