El evangelio de hoy recuerda el momento en que Jesús es bautizado en el río Jordán. Se trata del primero de los siete sacramentos de la fe cristiana.
La lectura del evangelio de la misa católica de hoy domingo 9 de enero, corresponde a San Marcos, capítulo 1, versículos del 7 al 11. Juan el Bautista predicaba, diciendo: "Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero Él los bautizará con el Espíritu Santo". En aquellos días, Jesús llegó desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y al salir del agua, vio que los cielos se abrían y que el Espíritu Santo descendía sobre Él como una paloma; y una voz desde el cielo dijo: "Tú eres mi Hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección".
"El bautismo del Señor es una epifanía: Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo se manifiestan. Con su bautismo, Jesús va a iniciar su misión itinerante proclamando el reino de Dios. Y ungido por el Espíritu Santo, inicia la tarea señalada por el Padre.
Juan el Bautista, profeta del Antiguo Testamento queda como testigo. Juan es consciente de que no es el Mesías, su tarea es invitar a la conversión a la espera del que ha de venir. El que actúa en la nueva historia que ha comenzado es Dios, uno y trino: el Padre que nos invita a escuchar las palabras de su Hijo. El Hijo que hace nuevas todas las cosas y nos muestra al Padre, y el Espíritu que inspira, potencia y engrandece todo amor verdadero", explica el Padre Rufino Giménez, de la parroquia Nuestra Señora del Carmen.
"El bautismo es el primero de los siete sacramentos de la Iglesia Católica, y uno pasa a estar marcado, señalado, ungido, consagrado al Señor y a su iglesia. De ahí el compromiso, al estar bautizados, de vivir como hijos de Dios, de tal palo tal astilla, se nos tiene que notar de quien somos hijos. Cuando se les entrega la vela encendida a los padres y padrinos de los niños bautizados, representa a Cristo, la luz del mundo, quien nos invita a iluminar al mundo también con nuestro testimonio de vida", concluye Rufino.