Opiniones ciudadanas
Dentro de las celebraciones de la Iglesia Católica, hay muchas que los fieles seguidores de Emanuel (Dios hecho hombre) no son conocidas por la mayoría de los creyentes,, pues están fuera de las normales actividades que las costumbres imponen a los religiosos que siguen los seguidores de Pedro. Esta es una de ellas. La celebración de la "Octava" tiene sus raíces en el Antiguo Testamento, en el que los judíos festejaban las grandes fiestas por ocho días. Asimismo, tal como se lee en el Génesis (17, 9-14), hace muchos siglos Dios hizo una alianza con Abraham y su descendencia cuyo signo es la circuncisión al octavo día después del nacimiento. Jesús mismo, como todo judío, también fue circuncidado al octavo día y resucitó el "día después del séptimo día de la semana".
La Octava de Navidad es el tiempo que consta desde la Natividad de Jesús hasta el 1º de enero que se celebra la Solemnidad de María Madre de Dios.
Navidad comienza el día 24 de diciembre en la noche con la celebración de la llamada Misa de Gallo, que es la Misa de Navidad. A partir de ahí, por los ocho días siguientes, se celebra la Octava de Navidad. Esta celebración, que se hace extensiva por ocho días, es tomada de la costumbre judía de celebrar las fiestas religiosas más importantes -y el nacimiento de un niño- por ser este número de días simbólico para ellos. Por eso al igual que la Navidad, la Pascua tiene su propia octava.
La Natividad del Señor celebra su primera venida, cuando Dios se hace pequeño y asume nuestra naturaleza humana. Ese día se puede celebrar tres Misas, según la antigua tradición romana, en la noche, a la aurora y en el día.
Después de la Natividad del Señor, la Octava se ordena de la siguiente manera:
El 26 de diciembre se recuerda a San Esteban, el protomártir, que dio la vida por anunciar a Cristo.
El 27 de diciembre se conmemora al discípulo amado, a San Juan, quien anunció desde su vivencia de fe que Dios es Amor. Para conocer su vida, pensamiento y apostolado podemos leer el Evangelio según San Juan y sus tres cartas apostólicas.
Los Santos Inocentes, el 28 de diciembre, celebra la memoria de los niños a los que mató el ciego furor de Herodes por causa de Jesús. La tradición litúrgica los llama "Santos Inocentes" y los considera mártires. La Iglesia recuerda además este día la innumerable multitud de niños no nacidos y asesinados al amparo de las leyes que permiten el aborto.
El segundo domingo de Navidad, la Iglesia celebra a la Sagrada Familia. Según la liturgia: "El recuerdo de José, de María y del niño Jesús, que se dirigen a Jerusalén, como toda familia hebrea observante, para realizar los ritos de la Pascua, animará a que toda la familia acepte la invitación a participar unida, ese día, en la Eucaristía".
Por último, el 1º de enero se celebra a María Madre de Dios. Y con esta Solemnidad termina la octava de Navidad. Vale recordar que se celebra a Santo Tomás Becket el 29 de diciembre y al Papa San Silvestre I el 30 del mismo mes, quien gobernó la Iglesia bajo el reinado de Constantino El Grande en el siglo IV.
El tiempo de Navidad no acaba el 1º de enero, sino que va hasta el lunes después del Bautismo del Señor Jesús.